15. Casi.

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—Jaehyun. Ven conmigo, por favor. —Extendió su mano al menor.

La inusual amabilidad y suavidad de Taeyong al hablar alertó a sus hermanos. Algo andaba mal. Ese no era el típico Alfa primogénito, siempre de mal humor y agresivo. Mas bien, tenían en frente a un cachorro con la cola entre las patas.

—¿Que ocurre, hijo?

—Necesito conversar con mi prometido a solas, madre.

Mark y Jaemin contemplaron a Jeong caminar hasta el pelinegro. Admiraban su valentía y el gran corazón que soportaba su carácter impredecible.

Lee condujo a su prometido a una sala de amplia de paredes rosa pastel. La inmobiliaria era de las mismas tonalidades, forrada con felpa o terciopelo. Parecía el cuarto de un bebé.

—Jaehyun. ¿Cómo te sientes? ¿Esos idiotas te incomodaron? —Atrapó las manos ajenas entre las suyas.

Las frías manos de Taeyong se calentaban con el calor del rubio.

—No más que a ti, Alfa. ¿Alguna vez habías reaccionado así ante sus insinuaciones?

—Nunca me han importado. Excepto, contigo.

El lobo del mayor aullaba. Lo habían ofendido al intentar profanar a su pareja. Buscaba consuelo en Jaehyun y este lo escuchaba.

—Taeyong, estás seguro conmigo. Puedes contarme lo que sea.

—No sé a qué te refieres. —Jeong negó. Rodeó su cuello con sus brazos. Esos ojos de perro abandonado no mentían. —Mi Jaehyun, ¿crees que soy como ellos?

—¿Cuál sería el problema si lo fueras?

—Antes, creía que los Omegas eran desechables, con una única función.

—¿Y ahora?

—No te haría eso ni aunque me apuntaran con un arma. Tú... eres paciente y dedicado conmigo. Ni si quiera mis padres me aman así.

—¿Y tus amigos? ¿Qué piensan de eso?

Lee enterró su nariz en el cuello de Jaehyun.

—Sólo me importa lo que pienses tú.

—Bueno, yo creo que tus amigos son unos Alfas soberbios e irrespetuosos. Algo parecido al Taeyong que llegó el primer día a mi casa.

—Ya no seré así, Jaehyun. Te lo juro. No quiero ser así. Quiero ser un buen Alfa para ti.

—El Taeyong de hoy, no es como ellos. Él me defendió y confrontó a sus amigos por su comportamiento inadecuado.

—Jaehyun —susurró. Una lágrima se deslizó por su mejilla y mojó la piel ajena. No quería mostrarse vulnerable ante el menor, pero este se lo hacía imposible. Con sus sabias palabras de una persona mayor y tacto relajante, Lee sucumbía a él. Su Alfa no era de gran ayuda, al sentirse completo junto al lobo de Jeong. Si pudiera describirlos en el plano físico, diría que ambos están apilados uno sobre el otro mientras se dan muestras de afecto.

—Está bien. Puedes llorar conmigo. No te juzgaré.

Unos sollozos silbantes se escucharon en la habitación. Taeyong no comprendía por qué su pecho pesaba y dolía. ¿Qué había hecho para obtener ese castigo? Al menos tenía la cura. Jaehyun acarició su cabeza con dulzura, al igual que Sehun lo hacía con él cuando tenía un problema. Quizás Lee carecía de ese afecto incondicional con el que Jeong había crecido. Ser el primogénito y único Alfa de una familia de seis era una gran carga que lo había endurecido. ¿Quién escuchaba sus dilemas? ¿Quién lo abrazaba y convencía de que todo estaría bien? ¿Quién le besaba hasta quedarse dormido pacíficamente?

Road to heaven ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ JaeyongWhere stories live. Discover now