O6. El despertar

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Taeyong empacaba sus cosas furioso. No aguantaría a esa familia de salvajes ni un día más. ¿Cómo pretendían que desposara a uno de sus integrantes?

—Taeyong.

El aludido volteó. Jaehyun arrastraba sus pasos hasta él.

—¿Qué quieres? —respondió enojado.

—¿A dónde irás?

—A mí hogar. ¿Dónde más?

—¿Puedo acompañarte?

Jeong esperó un tajante y agresivo "no", o "en tus sueños". En cambio, le tomó de las manos y sorprendido cuestionó:

—¿Quieres venir conmigo?

—Si así lo deseas.

—De acuerdo. Empaca unas cuantas ropas.

—¿Cuánto tiempo estaremos en la ciudad?

«Hasta que me muera», quiso responder Lee.

—No lo sé. Lo que duremos.

—Okey.

Con maletas en mano, Taeyong se dirigió a la servidumbre y pidió que les facilitaran un transporte hacia la ciudad. El viaje era largo, un día completo para ser exactos, por lo que también pidió que se les prepararan alimentos y bebestibles. Cuando Jaehyun estuvo listo, Lee reaccionó; se estaba contradeciendo al llevar al menor consigo. Su viaje debía ser sin retorno, pero ahora por obligación debería regresar a Jeong. «Tonto animal. ¿Para qué necesitas a Jeong? Hay muchos Omegas reales de los que elegir y sin compromiso», reprochó a su Alfa, después de todo, era su culpa que Jaehyun les acompañase. «Hablaré con mis padres y lo haré volver a pie. Eso le enseñará una lección».

—¿A dónde crees que llevas a mi hermano, Lee? —Les detuvo Minho.

—Ahg, no me lo llevo. Él viene voluntariamente.

Minho agarró a Jaehyun del brazo y lo colocó detrás de su figura.

—Regresa a tu miserable infierno. Pero a mi hermano no lo vuelves a ver.

—¡Yo lo veré cuando se me de la gana!

—Minho, quiero ir con el Alfa Lee. Por favor —confesó tímido. Su hermano podía ser intimidante a pesar de siempre expresar sus buenas intenciones.

—No, Jaehyun. No tiene derecho a mandarte o manipularte como si fueras un accesorio.

En eso tenía razón. Las ganas de acompañar a su enamorado se desvanecían poco a poco. ¿Quién lo defendería si no estaba su familia?

—Yo no lo estoy manipulando. En cambio tú, lo estás limitando como si se tratara de un niño.

El Alfa Jeong volteó a ver al menor: —Jaehyun. ¿En verdad deseas ir con él?

El rubio apartó la mirada. Asintió.

—¡JA! ¡Te lo dije!

—Esto no se trata de ganar una pelea irrelevante, Lee. Se trata del bienestar de un integrante de los Jeong.

—Ay sí. Que miedo. —Rodó los ojos.

—Bien, Jae. Puedes ir. Te servirá para darte cuenta del lío en el que te metiste eligiendo a este bueno para nada. Cuando quieras volver, avísanos.

—¡Gracias, Minho! —Le abrazó.

La pareja se dirigió al automóvil. Desde la entrada, la madre de los hermanos llegó corriendo, alcanzando a despedirse únicamente con su mano en el aire.

Road to heaven ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ JaeyongOnde histórias criam vida. Descubra agora