Road to heaven ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ Jaeyong

12. Fuerza mayor

—Señor.

Los tres voltearon a ver al portante de la voz.

—¿A quién le hablas? —consultó Mark.

—Al señorito Jaehyun. El Alfa Lee requiere su presencia en su estudio.

—¿Papá llegó? —añadió Jaemin.

—Así es, señor.

—Voy. —Se levantó del suelo. Dio unas palmaditas a cada hermano y sonriente agregó: —Volveré en un abrir y cerrar de ojos para que sigamos jugando, bebés.

—Hermano Jaehyun ¿no te irás, cierto? Ya te quiero mucho. —Jaemin rodeó la pierna del rubio con sus brazos.

—No, cielo. Lo prometo.

—¡Suéltalo, Jaemin! ¡Debe irse con papá!

—¡No! ¡Que se vaya Taeyong y nos dejen a Jaehyun!

—No digas eso, Jaem. Si tu hermano te oye, se pondrá muy triste. Él los ama mucho.

—No lo parece —contestó entredientes Mark.

—Lo único que quería era volver a casa con ustedes. En mi hogar siempre los mencionaba. Taeyong tiene un carácter algo volátil, pero no significa que no los quiera.

—Si tú lo dices debe ser verdad, hermano.

—Ve, hermano Jaehyun. Papá se enoja si lo hacen esperar —advirtió Mark.

—Hasta pronto, chicos.

Mientras tanto, Taeyong discutía en el despacho de su progenitor.

—¿Hasta cuándo tendré que soportarlo? —Sin el constante mandato de su lobo en su oído, Taeyong volvía a ser él mismo. Los supresores eran maravillosos.

—Ya te dije. Hasta su presentación.

—¿Que tal si aún como Omega no lo quiero, eh? ¿Podré romper el compromiso?

—Sería muy irresponsable de tu parte, Taeyong. Defraudarías a ambas familias.

—¿Nunca te preguntaste si ya había alguien más en mi vida, papá? —cuestionó dolido.

—Por lo que sé, Doyoung es solo tu mejor amigo. Los demás un pasatiempo. ¿Me equivoco?

—Doyoung es más que eso, padre. Es mi compañero de vida y el Omega al que he amado todos estos años. Es con él con quien deseo casarme. No con Jeong.

—Debiste pensarlo mejor antes de tomar tus relaciones interpersonales como un juego, Taeyong. Si lo hubieras planteado antes, podríamos haber llegado a un acuerdo con los Kim. Pero no dijiste nada. Preferiste mantenerlo como un secreto intermitente.

—¡No sabía que me casarían a la fuerza!

—La vida avanza y nosotros debemos adaptarnos a los cambios.

—¡No amo a Jeong! ¡Amo a Doyoung! —exclamó al borde del colapso. Todo era su culpa. Por no decidir con antelación, por mantener a Doyoung como un amante más del montón. Su ego y orgullo lo habian traicionado.

—Ya no hay vuelta atrás, hijo. Jeong Jaehyun es tu futuro esposo.

—¡No! ¡No lo acepto!

Tocaron la puerta.

—Adelante —indicó el Alfa mayor.

Jaehyun entró sintiéndose pequeño. Dos Alfas de estoica presencia le veían serios.

—Toma asiento, Jaehyun.

El rubio acató la orden sin hacer un mínimo ruido. El hombre de unos cuarenta y nueve años atravesaba sus vísceras con su afilado mirar. Se giró hacia su pareja: la cabeza de Lee parecía desprender fuego. El miedo invadió su cuerpo. Quería escapar una vez más.