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Sarah



Abrí los ojos lentamente y miré hacia mis dos lados. Cuando vi que James estaba durmiendo en la silla, me recordé cómo me sacó del fuego. Yo podía escuchar todo, pero no podía abrir los ojos.

Ayer no le dije que recuerdo el beso. Es que fue tan raro besarlo, pero me dio vergüenza y no se lo dije. Espero que no haya sido solo por el momento.

Mi móvil sonó interrumpiendo mis pensamientos. Lo alcancé y era una videollamada de Anny, así que respondí.

—Hermanita, ¿estás bien? Me enteré de lo de ayer.

—Sí, tranquila, An. Estoy bien. Jem me salvó —le dije en susurro mientras enfocaba a James.

—Cuando se despierte, dale las gracias por salvar a mi hermanita. ¿Por qué entraste en el hotel otra vez si sabías que había fuego? —me preguntó ella un poco alterada.

—Porque olvidé dos cajas que había debajo de la cama. Una tenía recuerdos de toda la familia; fue la única que pude salvar. La otra se ha quemado —le dije, tratando de tranquilizarla.

—¿Qué llevaba la otra, Sarah? ¿Cosas que te regalaron Iván y Abbie, verdad?

—Sí —respondí finalmente.

—Pues me alegro de que se haya quemado, así no los tienes presentes en tu vida —me dijo ella mientras tomaba un sorbo de café.

—¿Dónde vais a vivir ahora? —me preguntó preocupada.

—No lo sé, pero nos arreglaremos. Por suerte, Maggie decidió remodelar la habitación y sacó todas las cosas y las dejó en el desván de James y Manuel.

—Bueno, me alegro de que estés bien. No le he dicho nada a mamá ni a papá para no preocuparles, ¿vale, preciosa?

—Vale, An, muchas gracias. Ya hablamos —le dije mientras le decía adiós con la mano.

—Adiós, preciosa.

James no se despertó, así que aproveché y entré al baño para cambiarme y arreglarme. Esta mañana me quitaron la vía, así que ya puedo andar a mis anchas por la habitación.

Cuando terminé de vestirme, lavarme los dientes y peinarme, vi la chaqueta negra de James, así que me la puse encima y salí del baño.

—Ya estás lista, princesa —me dijo James, dándome un susto.

—Sí, Jem, ya estoy lista —le respondí mientras me sentaba en la cama frente a él.

—En serio, muchas gracias por lo de ayer —le dije mientras lo abrazaba sin su permiso.

Él me devolvió el abrazo y justo entraron Maggie y Manuel, haciendo que nos separáramos de golpe.

—Sarah, ¿estás mejor? —me preguntó Maggie abrazándome.

—Sí, Maggie, ya estoy mejor.

—Hola, Sarah, me alegro de que estés bien. ¿Dónde vais a vivir ahora? —me preguntó Manuel.

—Pues... la... verdad... no lo sé —dije yo con la voz entrecortada.

Inmediatamente, James habló por mí.

—Si queréis, podéis quedaros a vivir con nosotros. Por nosotros no hay problema, ¿verdad, Manuel?

—Claro que no, que Maggie duerma conmigo y que Sarah duerma contigo —dijo Manuel con una sonrisa maliciosa.

Los Secretos Del Pasado. (COMPLETA✔️) (En revisión)Kde žijí příběhy. Začni objevovat