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-Sarah..

Me serví una taza de chocolate caliente y otra para James, me dirigí a la habitación y abrí la puerta. James estaba despierto, dibujando algo en su libreta.

—Me has traído chocolate caliente, princesa —me dijo con una sonrisa mientras cogía la taza.

—Tú me has estado trayendo la comida aquí durante una semana, es lo menos que puedo hacer, cielo —le respondí mientras terminaba mi taza. —Voy a la ducha, después nos iremos.

—Vale, princesa. Yo termino de hacer tu maleta, tranquila.

Después de esa larga ducha, James ya había terminado nuestras maletas, pero antes de irnos quería hablar con Maggie, ya que ayer estaba con su madre y no pude.

Salí de la habitación y la vi sentada en la barra, me acerqué hacia ella y me senté a su lado.

—Maggie... —empecé diciendo.

—¿Qué pasa, Sarah? —me preguntó preocupada.

—¿Quieres venir con James y conmigo a Londres? Así conoces a mis hermanos —le propuse y a ella se le iluminó el rostro.

—Pues claro que sí, además estaba esperando a que lo pidieras. Ya tengo las maletas hechas.

—Maggie, como siempre tan predecible —dije entre risas.

Más tarde, ya estábamos volando hacia Londres. Maggie y Manuel se sentaban juntos a nuestra izquierda y, como siempre, estaban besuqueándose, mientras que James me acariciaba el pelo y yo cogía su mano. Veíamos una película con auriculares inalámbricos.

Miré hacia James y vi su rostro, cada facción, sus labios gruesos, su perfecta nariz recta y sus preciosos ojos marrones como el café, su pelo alborotado, y no pude creer lo que vi.

—¿Cielo? —le dije casi de inmediato.

Él me miró y puso una cara extrañada al ver la mía sorprendida.

—¿Estás llorando? —pregunté entre risas.

—Sí, estoy llorando. Oye, ¿por qué te ríes de mí? —protestó mientras imitaba una cara seria que salió mal y acabamos los dos riéndonos.

Me reí tanto que me dolió la barriga.

—No me puedo creer que estés llorando por una película de romance de mí, lo entendería, pero del gran James Copper —él me puso mala cara para después apuntarme con el dedo.

—Tú, mi querida novia, no eres la única que puede llorar por estas cosas y no estaba llorando, solo se me metió una cosa en el ojo —me dijo con voz de ofendido.

—Ya claro, solo se te ha metido algo en el ojo, para nada estabas llorando por ese beso tan apasionante —le dije con voz burlona.

—Es que ¿quieres que te dé un beso así bajo la lluvia "tan apasionante" como dices tú?

—Pues no estaría mal, a mí de trece años le hubiera encantado —le dije en susurro.

—Y a la de veinte años, no le hubiera gustado, porque estoy seguro de que si es mío, le hubiera gustado más que a la niña de trece —me dijo imitando mi voz.

Él me quedó mirando y yo ignoré la propuesta que me acababa de hacer, solo miré la pantalla hasta que terminó la película o más bien nos quedamos dormidos, no sé muy bien.

***

Y allí estábamos, parados frente a mi puerta, esperando a que mi presunta familia abriera.

Los Secretos Del Pasado. (COMPLETA✔️) (En revisión)Where stories live. Discover now