11.

55 9 0
                                    

—Así que ustedes dos de verdad tenían el celo casi al mismo tiempo

Canadá cambiaba el paño frío de la frente de Chile y Argentina. Les dió cobijo y era su deber mantenerlos cómodos durante su celo... Pero México era otra historia

—Te dije que no era buena idea

México jadeaba en el suelo, mareado, casi asfixiándose entre el deseo y la necesidad de someterse ante Canadá. Luchaba por dominar, pero las feromonas tan potentes del Omega no le dejaban moverse siquiera.

—Aunque sí tenía esperanza de que pudieras lidiar con mi problema —Canadá le acarició la mejilla y los labios—. Olías bien... Y con esos colmillos lo harías bien... Me podrías morder

Sintió la lengua del latino deslizarse en sus dedos y sonrió

—Gracias por intentar, Mexique. Te daré medicina para que duermas y te sientas mejor. Pero por ahora no puedo dejar de emitir feromonas, solo así tus amigos pueden tener un celo tranquilo y alejo a los alfas que por casualidad llegasen a entrar

Culpa grupalOù les histoires vivent. Découvrez maintenant