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Canadá estaba en el suelo, jadeando bajo el cuerpo del alfa. Su brazo izquierdo estaba aprisionado en su espalda, su cabeza era apretada con fuerza contra el piso y se le dificultaba respirar.

—Oh dios... sí

Estaba excitado. Feliz de ser sometido. Ni siquiera le dolía el maltrato. Estaba emocionado de que un alfa fuera superior a él

—Maldito seas, Canadá... —Rusia jadeó—. Darme todos estos problemas solo para cogerte

Canadá sentía sus piernas temblar y su entrada mojarse solo con escucharlo siendo agresivo. Estaba perdiendo la razón y eso le gustaba.
Era mejor de lo que imaginó

—Rusia
—Libera todas tus feromonas. Que mi celo llegue también para al fin callarte la maldita boca

Gimió al percibir el aroma potente del alfa. Al fin podía dar rienda suelta a sus instintos. Está vez USA no lo iba a impedir

Culpa grupalWo Geschichten leben. Entdecke jetzt