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Habían caído ante la tentación y se encerraron en el cuarto de URSS, aislado por conveniencia. Empezaron peleando como siempre, se tocaron con descaro poco después, los besos llegaron a la par que los pasos torpes y las burlas mal intencionadas. Suspiros y la voz grave que contenía deseo.
URSS deslizaba sus besos por la piel de ese cuello y hombro. Tratando a su pareja con una dulzura impropia de esa personalidad tan grosera

—Parece que el señor soviético es amable y necesita cariño

USA se rio después de besarlo, le mordió el labio antes de mirarlo.

—Prefieres que te haga llorar?
—Tentador, pero no lo suficiente —le dio un beso más—. Soy muy delicado

URSS rio

—Apenas ayer hiciste pedazos al pelotón que entrenaba
—Pero no me ensucié ni un poquito
—Ahora sí te vas a ensuciar
—Espera... Espera... Recordé que debo preguntarte algo
—Tiene que ser ahora?

URSS se apretó contra la cadera ajena comprobando que no solo él tenía un problema

—Te quedarías conmigo incluso después de esta guerra?
—Qué?
—No tengo mucho que ofrecerte... Pero creo que podemos...

Se miraron un momento hasta que USA se sintió incómodo

—Olvídalo. Es una tontería
—Me gustaría tomar café contigo cada mañana cuando esto acabe.
—... Es esa tu forma de aceptarme?
—Sí

USA rio bajito antes de juntar sus mejillas y rozarlas en un beso esquimal

—Solo no le pongas vodka a toda las bebidas

URSS rio bajito

—No prometo nada

Culpa grupalWhere stories live. Discover now