75.

53 11 3
                                    

—Yo sí amé a tu padre

Rusia miró raro a USA

—Estás... Estás ebrio?

El olor le respondió. Solo pudo suspirar

—Can me llamó y dijo que venías para acá
—Haz algo con Can
—Amaba tanto a tu padre que no pude pedirle que ayudara a Can. Me fui lejos con mi hermano y le quité la posibilidad de una vida bastante normal. Y no pude verle la cara a tu padre por vergüenza... Porque lo abandoné... Pero siempre lo amé
—Ahora yo pido tu ayuda
—Pasé años alejándote... Diciéndote que Can no era para ti y no hiciste caso... No era ese el deber de una madre? Tratar de protegerte...
—Pudiste haberme advertido correctamente
—No me hubieses creído, porque eres terco
—Tienes razón. Hubiese creído que era tu paranoia de hermano mayor
—Eres un hombre grande. Acepta las consecuencias de tus actos
—USA
—Ya no me voy a meter... ya cumplí mi parte.

Rusia lo vio tan destruido que sintió correcto revelar aquello que solo él y sus hermanos sabían.

—... Papá también te amaba... No te guardó rencor —suspiró—. Él entendía lo que hiciste... Lo hiciste feliz al visitarlo a escondidas en sus últimos años

Rusia se fue de ahí con prisa, para darle privacidad a USA. Aún así, apenas cerró la puerta escuchó un sollozo

Fueron simples palabras pero para USA fue como quitarse un peso de encima. Porque nunca habló del tema directamente con URSS, por la culpa y el miedo, por sentirse el peor ser sobre la tierra. Pero saber que el amor de su vida lo amó a pesar de todo, lo hizo perdonarse un poquito.
Se quedó llorando en silencio, solo, arrodillado en el suelo. Susurrando el nombre de URSS una y otra vez pidiendo perdón

Culpa grupalWhere stories live. Discover now