12.

61 8 0
                                    

—Idiotas

Canadá miraba a todos los soldados que quisieron sobrepasarse con él solo por ser Omega... El único en la zona de guerra... De los pocos tan locos para unirse a la masacre

—Mi hermano se enfadará mucho cuando le diga que tuve que hacerlos dormir —suspiró—. Si tan solo supiera dónde está

Miró a su alrededor y no encontraba la ruta hacia el campamento

—Qué les hiciste?

Canadá miró a un niño que salió detrás de un árbol

—Se portaron mal conmigo y los puse a dormir
—Vi que te arrastraban. Estás bien?
—Sí. Gracias por preocuparte. Pero será mejor que no te acerques mucho
—Por qué?
—Mis feromonas son... Venenosas

Sonrió haciendo una cara para asustar al niño pero este solo se rió divertido y se acercó. Canadá esperó que cayera de rodillas y se asfixiara antes de someterse, pero no pasó

—Dame tu mano. Yo te ayudo a regresar. Conozco el camino
—Estás bien? No sientes náuseas o mareos?
—Me pica la nariz y los dientes... Es raro... Pero no me siento enfermo —el niño lo miró—. Ahora sígueme. Hace frío y debo decirle a papá que sus soldados fueron malos contigo
—Eres un niño muy amable —sonrió dejándose llevar—. Pero eres un niño... Tal vez por eso... Mis feromonas no te afectaron
—Hablas mucho y caminas poco. Vamos. Vamos.

Canadá sonrió y siguió hasta que a lo lejos vio a su hermano. Tan serio y gruñón como siempre. Pero tan sorprendido como él... Y tan preocupado

—Rusia bebé! Que te dije de irte sin avisar! Tu padre me mata si te pasa algo
—Vi que alguien arrastraba eso —apuntó a Canadá— y quise ver si era un espía

Canadá rio divertido al ver la ira nacer en los ojos de su hermano y quiso ayudar

—Vaya! Así que papá tenía razón... Tienes hijos aquí
—Hablaremos de eso después... De todo... Incluyendo de por qué el niño no parece afectado por tus feromonas. Pero ahora ven, Can... Mi estúpido socio seguramente quiere conocerte
—Tu esposo?
—No es mi esposo!
—Papá dice que sí lo eres —Rusia le dió la mano a USA— y que eres mamá

Canadá rio y USA solo suspiró. No tenía remedio.

Culpa grupalDove le storie prendono vita. Scoprilo ora