—Por qué te enamoraste de mí?
Había sido repentino. Japón solo llegó un día y se le confesó.
—Una vez te vi ahogarte con una nuez que le aceptaste a un niño desconocido que viste en el tren.
—Ah...
—El niño se rió de ti y aún así sonreíste... Le diste unas palmaditas en la cabeza... Y le dijiste a su madre que era un buen niño
—Qué mal gusto tienes, de verasUSA hizo una mueca y se alejó de Japón. Estaba avergonzado y enternecido al mismo tiempo, pero no lo quería demostrar