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Axel y Diego estaban en el club de boxeo, observando a los luchadores entrenar en el ring. De repente, Axel se detuvo y señaló a un hombre con el guante en la mano.

—Mira a Riot —dijo Axel con una mirada de desprecio—. Lo odio.

—¿Por qué? ¿Qué tiene Riot que ver con todo esto? —preguntó Diego.

—Porque la última vez que lo encontré, estaba difamando a mi hermana —respondió Axel, apretando los puños—. Y ahora me he enterado de que va a enfrentarse a Watty en un combate de boxeo, y yo quiero ir en su lugar.

—Vaya, eso es una mala noticia —dijo Diego con una sonrisa irónica—. ¿Qué vas a hacer?

—Tengo un plan— dijo Axel, mirando fijamente a Riot— Voy a ofrecerle una cantidad de dinero exorbitante para que cambie de lugar conmigo y sea yo quien boxee contra Watty. Pero no puedo permitir que nadie se entere de esto.

—¿Estás seguro de que lo quieres hacer? —preguntó Diego con una expresión preocupada en la cara.

—Sí, estoy seguro —respondió Axel, con una determinación en la mirada.

Axel se acercó a Riot y comenzó a hablar con él. Le contó sobre su plan y le ofreció una cantidad de dinero que hizo que los ojos de Riot brillaran de avaricia.

—A ver... ¿Seguro que puedes luchar? —preguntó Riot, haciendo una mueca de desprecio.

—Por supuesto que sí —respondió Axel, fingiendo estar ofendido— ¿Acaso no crees que tengo lo que se necesita para vencer a Watty?

Riot se rio y aceptó la oferta de Axel. El trato estaba hecho.

La noche del combate llegaría prontamente y Axel se prepararía para subir al ring. Estaba nervioso, pero sabía que tenía que hacerlo por su honor y por el orgullo de su familia. Watty era un rival duro, pero Axel estaba decidido a ganar.

—Lo siento —dijo Axel a Diego cuando Riot ya se había apartado, con una expresión de desolación en su rostro—. No podía seguir con esto. No puedo traicionar a mi hermana de esa manera.

Diego se sorprendió por la honestidad de Axel y se sintió agradecido por su noble gesto. Continuaba luchando con todas sus fuerzas y al final, lograría vencer a su oponente, su amigo estaba seguro de ello. A pesar de su pasado conflictivo, Axel y Riot habían encontrado una forma de colaborar y de dejar atrás sus diferencias. Y Riot facilitó muchos las cosas, porque un puñado de billetes le valía más que su carrera. Y a Axel el dinero no valía más que el pasado.

—Gracias por ser honesto conmigo —dijo Diego, ofreciéndole la mano—. Eres un hombre de honor.

—No hay problema— respondió Riot, estrechándole la mano—. A veces, tenemos que dejar nuestro orgullo de lado y hacer lo correcto.

—¿Se lo has dicho? —le preguntó Diego.

—No.

Axel suspiró.

—Drac... —Diego lo miró con preocupación—. Si Saray se entera de lo que vas a hacer, lo vuestro quedará muy comprometido.

—Lo sé. Pero es que, a veces, la gente lo olvida cuando hay problemas o cuando hay alguien de por medio. Pero yo no puedo olvidar. Aquel cabrón violó mi hermana. MI HERMANA —Axel apretó los puños con mucha fuerza y la mandíbula aún más—. Si no lo mato, lo dejaré cerca de la muerte. Te lo prometo, Diego.

—Drac, yo tengo los contactos, conozco la gente para hacerlo, ¿estás realmente seguro de qué quieres hacer esto?

—No te preocupes que yo sé cuidarme, ¿vale?

Combate de Amor | Terminada y completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora