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Una semana había pasado desde que Donghyuckhabía cuidado al pequeño Lee  y unasemana desde que Mark le había besado lamejilla

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Una semana había pasado desde que Donghyuck
había cuidado al pequeño Lee  y una
semana desde que Mark le había besado la
mejilla.

Se sentía absurdamente ridículo y bobo por
emocionarse por un simple beso en la mejilla y
sucedió gracias a Minho  y no sólo una vez sino
dos veces.

La primera mientras jugaban a los disfraces,
Minho dijo que el Rey tenía que darle un
besito en la mejilla por haberlo salvado de la
bruja del mar y bueno, Donghyuck no iba a
desaprovechar la oportunidad de sentir los
labios de Mark en su mejilla.

Y la segunda vez fue cuando se estaban
despidiendo, Mark había tenido la suficiente
confianza como para darle otro beso, en la
mejilla obviamente.

Desde ese día no había dejado de pensar en ese
hombre.

Donghyuck había quedado cautivado con Mark
desde la primera vez que lo vió, tal vez fueron
los delicados detalles de su cara que llamó su
atención o su tosco y marcado acento de
Canadá o también podrían ser sus profundos
ojos.

A pesar de que Donghyuck conocía a un montón de gente, Mark era único.

Era como si tuviera el cielo en la mirada, tan
profundos y soñadores que transmitían
confianza e incluso picardía.

En conclusión era un amor infantil, como el
primer amor que se tuvo en el jardín de niños.

Donghyuck estaba soñando despierto, con el codo recargado en la mesa y su puño en su mejilla,veía a los comensales con una mirada
embobada pensando en los lindos ojos del
señor Lee -que solamente era un año
mayor que él - el flash de un celular lo sacó de
sus pensamientos, se reincorporó al ver como Renjun se reía tontamente mirando el celular.

— ¿Qué demonios me tomaste?

— Una foto, duh — respondió obvio — Estás tan
enamorado — le mostró la foto y Donghyuck sintió que sus mejillas se coloreaban por la vergüenza.

— Me veo tan patético.

— Eres patético, el amor te hace idiota. Por eso
yo estoy feliz siendo soltero.

— El amor no te hace idiota, tú no tienes novia y
eres idiota.

Renjun soltó una carcajada sonora.

— Que diría el niño Lee al ver como su
maestro habla.

— Nada porque ese niño me adora — sonrió
triunfante.

— Hablando de amor, te conseguí una cita —
sonrió pícaro y Donghyuck volteó los ojos con
cansancio.

— Siempre salen mal, no quiero una cita a
ciegas porque siempre quieren terminar entre
mis pantalones... No, Renjun. Ya estoy cansado de eso.

— ¡Pero este chico es genial! — exclamó – Dale
una oportunidad, es lo único que te pido.

— Bieeeen, si es un idiota no me voy a molestar
en golpearlo y en golpearte a ti porque siempre
me presentas patanes — amenazó apuntándole
con una servilleta — ¿Cuándo será?

Kindergarten  ➛ MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora