Capítulo 24

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La tarde después del incidente, fue a su casa para intentar descubrir cómo estaba y si se sentía un poco más recuperado. Pero se encontró nuevamente con la estricta y aterradora ama de llaves:

"Mi maestro está durmiendo".

"¿Es malo su pronóstico? ¿La herida está...?"

"La lesión se está recuperando sin problemas. Pero está muy cansado tanto física como mentalmente. Todavía no despierta, de hecho".

El ama de llaves, que respondió parándose en la entrada, sin invitarlo a pasar, miró a Arok de arriba para abajo con una mirada bastante fría.

"A todo esto ¿Quién dijiste que eres?"

"Arok Taywind, señora. De la familia Taywind"

Arok sacó una tarjeta de presentación del bolsillo interior de su chaqueta. Era blanca y rectangular y rara vez se la entregaba a alguien porque no era del tipo que se confiaba demasiado de los plebeyos. Sin embargo, quería dejarle claro quién era él al ama de llaves, que fue tan grosera, y mostrar que estaba de su lado.

El ama de llaves tomó la tarjeta de presentación hecha con papel de la más alta calidad distribuida en el continente, la miró de un lado a otro y respondió:

"El famoso conde".

"Pensé que no lo sabía, señora".

Su actitud era tan mala que había imaginado que lo estaba confundiendo con alguien de "el fondo". Cuando frunció el ceño y pareció enojado con su forma de comportarse frente a él, el ama de llaves se aclaró la garganta, dijo: "Por supuesto." Y agregó:

"Porque mi maestro no deja de hablar de usted para empezar."

"Ya veo..."

"Mi nombre es Marta. Sin embargo, de todos modos mi excéntrico señor no está en condiciones de encontrarse con el Conde en este momento, así que, voy a tener que pedirle otra vez que venga más tarde. Le diré que viniste."

"Espere."

Rápidamente le hizo un gesto antes de que cerrara la puerta. No fue porque quisiera seguir hablando con Marta, quien solo le miró como preguntándose por qué no se iba, sino que fue para hacerle una señal al carruaje que esperaba al costado de la calle.

"Tráelo."

El empleado que lo acompañó, llevó una canasta enorme decorada con flores cultivadas en la misma mansión. Tenía té de hierbas, famoso por sus excelentes efectos para la mente, mermelada de rosas y unas galletas de trigo. Quería decorarlo con rosas en todas direcciones, pero, resultó que aún no estaban en temporada.

"No vine con las manos vacías".

"Vaya, muchas gracias."

Marta, que quedó impresionada por la canasta, finalmente mostró una sonrisa bastante humana. Luego se inclinó y le ofreció amabilidad por primera vez en su vida:

"Me gustaría invitarle a tomar un té con nosotros, pero, ya que sigue durmiendo yo..."

"No se preocupe. Tiene razón, voy a venir más tarde".

Arok tocó su chistera y se despidió de la mujer con un movimiento de su cabeza.

Había dicho que su lesión se estaba curando a la perfección pero, durmió todo el tiempo debido a una fatiga mental bastante excesiva. Evidentemente, por las consecuencias del uso imprudente de tranquilizantes.

"¿Qué tipo de medicina será?"

Lo había visto tomar ese medicamento antes. Pensó que era porque sufría de migrañas impresionantes todo el día pero, a juzgar por la apariencia sorprendida del médico y la actitud sensible del ama de llaves, parecía que no se trataba de eso ni de chiste. Lo que fue aún más extraño era que habían dicho que después de tomar sólo la cantidad prescrita por el médico, trató de salir a caminar para despejar su cabeza y tranquilizarse pero ¿Por qué había decidido irse a una calle tan sucia y concurrida como "El fondo" en primer lugar? Y ¿Para qué necesitaba una espada? Era inteligente, debió saber que esas calles eran el peor lugar para calmarse y de todos modos...

De todos modos...

"Demonios." Tenía curiosidad por saber qué significaba caminar allí para él. "Tengo mucho que preguntar".

Pero su director financiero era extremadamente reservado.

Además, el primer encuentro entre los dos también fue muy extraño.

Lo primero que le hizo desconfiar y mostrarse reacio con Bendyke fue su comportamiento tan inesperado en el jardín de las rosas. No sólo fue porque parecía alterado, sino porque le preguntó a Arok él motivo por el que estaba actuando como si no lo conociera o no supiera nada de él cuando era obvio que habían pasado mucho tiempo juntos. Además, Arok, que solía asistir a obras de teatro y actuaciones musicales de alta calidad, se enorgullecía de tener buen ojo para distinguir entre sinceridad y actuación, y eso hizo que supiera que no estaba inventando nada. Al menos para él, era muy real. Sus ojos estaban extremadamente serios y sinceros y en un momento pareció tan desesperado que hasta tuvo algo de miedo.
En ese momento lo echó de una manera bastante brusca para proteger su seguridad, pero ¿Acaso esto que presenció era un síntoma de algo muy grave que estaba pasando por alto? Además, aunque Arok era el tipo de persona que había llegado a tener discusiones un poco subidas de tono con sus conocidos, nadie nunca le había guardado rencor porque Taywind en general no era una mala persona y no era lo suficientemente imbécil como para hacerse de enemigos. La mayoría de ellos se disculparon por su mala educación de una manera cómicamente servil cuando se reunieron de nuevo y en comparación, Bendyke fue tan sorprendentemente tranquilo y sereno con él que imaginó que pensaba que todo lo que le había dicho fue porque lo merecía.

Por si fuera poco, Bendyke estaba en guardia. Mirándolo de una forma penetrante y desprovista de cualquier amabilidad. Casi como si lo considerara peligroso. 

"Debe tener algún tipo de enfermedad mental muy fuerte".

El carruaje pasó por la calle principal y corrió rápidamente en dirección a su propia mansión.

"Klopp Bendyke... ¿Qué está mal contigo?"

Estar a su lado había traído repercusiones tan grandes que ya no podían ignorarse. Y pensó que, cualquiera que fuera su secreto, definitivamente lo iba a descubrir.

En el jardín de rosas (Traducción Finalizada)Where stories live. Discover now