Sopló un viento fresco, cargado de humedad y el olor de la lluvia. La hierba verde, que se elevaba sobre el suelo húmedo, rozaba la parte inferior de sus pantalones y la niebla espesa, que le dificultaba avanzar, provocó que el cementerio se viera un poco más triste que de costumbre. De hecho, no se escuchaban las oraciones que siempre estaban presentes, ni las lágrimas o las voces. En una mano sostenía un paraguas, en la otra un ramo de rosas que había recogido del jardín.
Arok pasó junto a decenas de lápidas de mármol empapadas de lluvia y teñidas de negro y finalmente, se paró frente a una tumba blanca que estaba junto a una escultura tallada con mucho cuidado por un hábil escultor que contrató al segundo día de que su muerte se hiciera publica. De hecho, estaba tan bien elaborada que no podía acostumbrarse a ella y casi siempre sentía como si de repente pudiera levantarse, cobrar vida y mirarle directo a los ojos para regañarle por haber hecho algo mal. Un sentimiento extraño, seguramente.
Mirando la lápida, el sonido de la lluvia golpeando el paraguas gradualmente se hizo más y más fuerte y, después de un tiempo, cuando sus zapatos quedaron completamente mojados, Arok finalmente colocó el ramo de rosas rojas justo frente a él e hizo la señal de la cruz en su frente.
"Siempre llueve en su aniversario."
Arok no se sorprendió por las palabras que vinieron justo detrás de su espalda. No sólo era una voz familiar, sino que no había nada extraño en encontrarla aquí en un momento como este. Levantó el paraguas:
"Linus".
"Arok."
Wolflake, que caminaba bajo la lluvia sin paraguas, sostenía un ramo de rosas rojas y lirios morados. Al igual que Arok, inclinó la cabeza ante la lápida por un momento, hizo la señal de la cruz, y colocó las flores junto a las que había llevado el conde.
"Rafiel me pidió que viera si estabas bien".
"Me siento bien. ¿Y Rafiel qué tal? Él es el embarazado, no sé si lo recuerda."
"Esta muy preocupado por el bebé. También yo lo estoy pero, el doctor dice que no hay problemas hasta el momento. El niño está muy fuerte, se está moviendo... Ah, no lo sé. Espero que no pase nada malo esta vez porque si no en definitiva me voy a volver loco".
"Por supuesto que no pasará nada malo. Solo... Mantente positivo".
Rafiel había abortado a su primer bebé hace algún tiempo y, como era de esperar, Arok estaba pasando por un momento difícil muy personal que le estaba haciendo complicado ir a verlo. Después de algunos meses, se volvió a embarazar, y pareció que ahora se estaba centrando únicamente en la estabilidad del niño. No salía de casa y tenía un médico monitoreando todo 24/7 por lo que las palabras que podían compartirse en realidad nunca llegaron. Sinceramente no lo culpaba porque esperaba que este bebé naciera sano y salvo esta vez. Además, al menos Wolflake estaba con él en el cementerio.
"Era un tipo pendejo, peligroso e irresponsable, Arok. Iba a terminar mal en cualquier momento."
Arok sonrió un poco.
"Yo también lo creo".
"Fue un accidente que no tenía que haber ocurrido. Si no hubiese estado jugando con el rifle como si fuera un asesino profesional entonces..."
"No fue un accidente".
"¿No?"
Arok levantó una mano y apuntó con el dedo índice a su cabeza.
"¡Bang!"
Wolflake resopló cuando vio eso.
"Lo lamento tanto, Arok. En serio. Si hubiera sabido que eso sucedería... Debí encarcelarlo, ponerle más protección, no lo sé, hombre. Cometí un error y no hice más pensando que iba a lastimar a otros cuando simplemente quería lastimarse él."
