One shots [La sociedad de la nieve]

blas polidori

Tsunami

Hoy decidí hacer una fiesta en mi casa, invité a varios compañeros del colegio con los que seguía teniendo contacto ya que hacía cuatro años que terminamos el colegio y habíamos tomado caminos diferentes.
También invité a compañeras de hockey, necesitaba gente y ellas aceptaron gustosas.
Por último, invité a Enzo Vogrincic, veníamos hablando por instagram los últimos meses y le propuse que venga con sus compañeros.

Eran las doce de la noche y ya estaba llegando gente, en la mesada de la cocina tenía bebidas con alcohol, cada uno podía ir y prepararse a su gusto. La gente que iba llegando me saludaba y seguía charlando con su grupo de amigos.

Veo a Enzo llegar con su grupo de amigos, debían ser aproximadamente siete, los conocía por fotos pero Enzo nunca me habló de ellos.

-Rubia. -Gritó Enzo llamando la atención de varios de la zona. -Mira, te traje a todos estos.

-Hola, Lara, Enzo nos habló mucho de vos. -se adelantó hablar un amigo de Enzo. -Soy Matías.

-Eso, nos habló muy bien de vos. -Ahora habló un chico alto con rulos. -Soy Blas.

Los demás se siguieron presentando, eran muy buena onda, les expliqué donde quedaba el baño y donde se podrían servir los tragos.

-Así qué les hablaste a tus amigos de mí. -Reí al quedarme sola con Enzo. Solo lo veía como un amigo y eso éramos, amigos que una vez tuvieron un encuentro sexual.

-Una vez vieron que llegaba un mensaje tuyo y bueno. -Rió, no era incómodo el momento que estábamos teniendo. -Desde ese día preguntan siempre por vos.

-Ay, gracias, gracias. -Bromeé. -Nunca me contaste de ellos.

-¿Te gusta alguno? Te hago gancho eh. -Reímos juntos, estábamos compartiendo el fernet que tenía desde el principio de la fiesta. -Buen fernet, lo próximo que les diga a mis amigos va a ser eso.

-Mis fernet son los mejores, lo sabes de siempre.

Matías apareció haciéndonos asustar. -Chicos, los estábamos buscando, estamos afuera. -Lo seguimos hacia el patio de mi casa, seguíamos riéndonos y al llegar todos dirigieron su mirada a nosotros.

Enzo rompió el silencio. -Lara hace los mejores Fernet, yo les aviso.

-Haceme uno entonces. -Soltó Simón.

-Acompáñame entonces. -Le hice una seña con la mano y caminé hacia la cocina.

Le hice el fernet mientras reíamos, me contó un poco de su vida y yo le conté de la mía. Volvimos mientras reíamos y nos sentamos con los demás chicos.

-¿Qué hablaban? -Me atreví a preguntar.

-Nada, reíamos. Recién vino una chica y se intentó chamuyar a Esteban.

Reí. -¿Qué chica? -Tomé del vaso de fernet.

-Me dijo que te conocía de hockey, era una rubia de pelo corto con ojos marrones. -Esteban me explicó y volví a reír. -¿De qué te reís?

-Le prestaste mucha atención me parece. -Logré decir eso entre risas, sabía muy bien cuando a un chico le interesaba una chica.

Esteban se iba a excusar mientras todos esperábamos su respuesta. Pero Blas lo interrumpió. -¿Me preparas un fernet? por fa. -Se dirigió a mi y yo le asentí guiándolo a la cocina.

Él decidió romper el silencio. -Hace mucho tiempo que quiero conocerte. Enzo me habló muy bien de vos.

-Ay, ¿En serio? ¿Te habló él de mi o vos le preguntaste? -Le pregunté mientras preparaba el fernet.

Ignoró mi pregunta. -Tremenda fiesta te mandaste.

Reí. -Ya está el fernet. Probalo.

Hizo lo que le pedí. -Muy rico, Enzo tenía razón, pero quiero saber si tiene razón con otra cosa.

-¿Con qué? -Pregunté, no sabía de qué hablaba.

-Si sos tan buena en la cama. -Me sonrojé y me lancé a besarlo.

Al separarnos por la falta de aire, hablé. -Enzo te tenia bien escondido. -Reí para volver a besarlo.

-Vamos al baño, linda. -Las cosas iban subiendo de tono.

-Acordate que está es mi casa, vamos a mi habitación. -Lo agarré de la camisa para llevarlo a mi cuarto. Estábamos por entrar a mi cuarto y unos gritos me desconcentran.

-Lara, por fin te encuentro. -Era mi amiga, Victoria.

-¿Qué pasó? ¿Es muy importante? -Le dije mientras Blas comenzaba a besar mi cuello enfrente de mi amiga.

-Se están peleando en el patio, te necesito. -Habló desesperada.

-Ahí voy. -Contesté para alejar a Blas de mi cuello.

-Que mala amiga que tenes, no nos dejó hacerlo. -Sonreí y le di un pico.

-Invítame a tu casa y lo seguimos.