One shots [La sociedad de la nieve]

blas polidori

Borro cassette

Entraba a la fiesta de Madrid junto a mis amigas, era una fiesta reconocida donde mucha gente iba asistir, personas de cualquier lugar del mundo podrían haber viajado y venir a disfrutar. También era una fiesta de prestigio, tenías que ir bien vestido y no ser mal educado. Había decidido utilizar un vestido azul pegado al cuerpo con unos tacones no muy altos.

Al entrar con mis dos amigas, Julieta y Juliana nos encontramos una barbaridad de gente, nunca habíamos asistido a una fiesta de este nivel. Estábamos de vacaciones en España y no nos podíamos perder la oportunidad.

En esta barbaridad de gente habían muchos influencers, mostrando cómo iba la fiesta y el ambiente. Para familiarizarnos nos fuimos directo a la barra, pedimos unos shots y empezamos a soltarnos.

Habíamos llegado hace ¿dos horas a la fiesta? no lo sé la verdad, estaba en otro mundo bailando con mis amigas, disfrutando la música moviendo las caderas.

-Hola, guapa. -Se acercó un chico poniendo sus manos en mi cintura.

-Hola, lindo. -Me di la vuelta a mirarlo, un chico más o menos mi edad, veintiuno.

-¿Bailas conmigo? -Preguntó agarrando mis manos cuando comenzó a sonar una nueva canción movida.

-Obvio. -Afirme y seguí sus pasos. Bailamos bien en medio de la gente. Al terminar la canción se acercó a mí con intenciones de besarme, le seguí la onda y nos fundimos en un beso suave, mezclando el sabor del vodka y del whisky. No tenía intenciones de ir a más, nos separamos del beso y habló.

-Eres muy guapa. -Noté su acento español y sonreí. -Iré a tomar algo, nos vemos después. -Se alejó de mí y volví con mis amigas.

-Vos no te comes a cualquiera. -Habló mi amiga Julieta.

-Si, no sé qué me pasó. -Hablé arrastrando mis palabras igual que ella.

-Igual era lindo, ¿o no? -Preguntó Juliana. -Solo vi el beso.

-Y si, amor, si era feo ni a palo. -Hablé.

-¿Y si descansamos un poco? -Propuso Julieta y después de que asintiéramos buscamos entre la gente la entrada al patio agarradas de la mano, nos perdíamos y entrábamos en un laberinto, el jardín estaba adornado con luces, sillones, mesas y más tragos. Buscamos algo para tomar y nos sentamos, al rato de nuestro descanso se acercó un grupo de chicos y chicas, rondando nuestra edad.

-¿Que onda? ¿cómo están? -Preguntó una chica rubia, junto a otra chica totalmente contraria a ella.

-¿Podemos sentarnos? -Preguntó otro chico, eran tres chicos y dos chicas en total.

-Si, obvio. -Respondió Julieta, era la menos borracha en este momento.

-¿Son de acá? -Pregunté al verlos acomodados en los sillones junto a nosotras.

-No, vinimos de vacaciones. -Contestó la morocha.

-Ah, nosotras también. -Contestó Julieta. Seguimos hablando un rato más, nos presentamos entre todos, la chica rubia de su grupo se llamaba igual que yo, Juana. Vinieron de vacaciones juntos y les quedaban unos días más en esta ciudad.
Las risas no paraban, al estar tan borrachos no tenían sentido nuestras oraciones. Conversábamos todos excepto Juliana, estaba en un trance, nosotras contestábamos las preguntas que le hacían a ella.

-¿Hacemos un grupo? -Propuso Martín.

-¿En Whatsapp? -Pregunté.

-Si, si quieren, obvio. -Con mi amiga intercambiamos miradas y asentimos a la vez sacando nuestros celulares.