agustin pardella

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Ella dijo

Hacía años que trabajaba de fotógrafa, fue mi sueño de chica y estoy orgullosa de haberlo cumplido, haber llegado a donde estoy ahora no fue fácil. Tengo trabajo, casa propia, amigos y un chico que no es mi pareja, pero esta cerca de serlo. A Agustín, mi no pareja, lo conocí filmando una película hace varios años, habíamos formado una buena relación en el rodaje y el último día de grabación intercambiamos números y volvimos a tener contacto para organizar una salida un año después. Desde ese día nos volvimos más cercanos, llegando al día de hoy.

Dormimos juntos la noche anterior, hicimos un paseo nocturno y terminamos durmiendo tarde. Queríamos pasar el mayor tiempo posible juntos, hoy me tomaba un vuelo a Francia, tenía que filmar una serie e íbamos a estar demasiado tiempo separados.
Mi noche había sido la mejor y estaba por intentar que el día de mi partida también sea mejor. Me había levantado antes que él, era la una de la tarde así que me puse a preparar el almuerzo para sorprenderlo.

Estaba poniendo las milanesas en el horno y por hacer el puré hasta que siento unas manos rodear mi cintura. -¿Qué cocinas de rico? -Me preguntó Agustín.

-Milanesas con puré. -Hablé para preparar el puré. -¿Cómo dormiste? -Pregunté.

-Bien, pero hubiese estado mejor si te hubieses despertado a mi lado. -Confesó él y reí.

-Para la próxima.

-¿Te puedo decir algo? -Preguntó, lo noté nervioso.

-Si. -Asentí.

Me susurró al oído. -Me encanta estar con vos, pero no quiero nada más.

Me sorprendí, no esperaba para nada su confesión. -Esta bien. -Seguí haciendo la comida. -¿Se puede saber por qué?

-Para no sufrir este tiempo. -Mintió, lo conocía tan bien que sabía cuando mentía.

-Esta bien. -Quedamos en un silencio, escuchando el ruido del horno y el del puré. -¿Hoy te quedas conmigo? -Pregunté después del silencio.

-Si, me gusta estar con vos. -Hizo una pausa para agarrar un cigarrillo de la mesada y prenderlo. -Te lo digo porque no somos adolescentes, sabemos aceptar las cosas y actuar frente a eso.

-Esta bien, Agus. -Volví a repetir, mi cabeza no paraba de pensar en que hice mal. -Total, no fuimos pareja, no soy tu amor ni vos el mío, quédate tranquilo.

Quedamos en un silencio, no era incómodo, pero se sentía que estábamos tensos ambos. La comida estaba lista y estábamos poniendo la mesa para comer.

-¿Qué vas hacer allá? -Preguntó él rompiendo el silencio y empezó a comer.

-Creo que llego, me instalo en el hotel y el primer día es libre, me parece. -Expliqué y repetí su acción.

-Estoy orgulloso de vos, desde que nos conocimos hasta hoy mejoraste una barbaridad. -Sonrió.

-Gracias, Agus, me ayudaste mucho. -Agradecí y seguí comiendo.

-También mejoraste al hacer milanesas, la primera vez que vine te salieron quemadas. -Recordó la primera vez que visitó mi casa, estallamos en risas los dos.

Después de varias risas, hablé. -Cállate, con suerte me hiciste unos fideos cuando fui.

Terminamos de comer y ayudó a limpiar mi casa, no la iba a usar por meses y no quería que sea un asco al volver. Después de limpiar quedaba tiempo para mi vuelo, nos acostamos en mi cama y nos abrazamos hasta poder dormir.

Creo que dormimos dos horas y al escuchar la alarma seguí con los ojos cerrados, Agustín habló. -Perdón por volverlo a repetir, pero prefiero enfocar mi tiempo en otra cosa que a la no relación a distancia.

-Bueno, Agus, no tengo problema, ya te lo dije. -Abrí los ojos al decir eso y empecé a alistarme para ir al aeropuerto.

-Yo te llevo, dale. -Se ofreció él.

-¿Seguro? -Pregunté mientras llevaba las valijas a la puerta.

-Si, quédate tranquila. -Subimos las valijas al auto y fuimos rumbo al aeropuerto.

Quedaban dos horas para embarcar al avión. El camino lo pasamos entre risas y chistes, yo me había despedido de mis seres queridos días anteriores así que en el aeropuerto íbamos a ser él y yo.

Al llegar al aeropuerto y encontrar la puerta de salida, nos despedimos.

-Suerte con la serie. -Habló y me abrazo.

Respondí a su abrazo. -Gracias Agus.

-Te llamo cuando vuelvas. -Prometió él. -Yo te quiero, sabes todo lo que hice por vos, el cariño que te tengo, pero no quiero nada más.

Lo besé, iba a ser nuestro último beso por meses. -Esta perfecto, nos vemos a la vuelta. -Me despedí de él y embarqué.

Había encontrado mi lugar del lado de la ventana y después de un largo tiempo de espera, el avión despegó. Estaba con mis auriculares prestando atención al paisaje de la ventana.

-Total, no es mi amor. -Susurré y caí en sueño profundo.

One shots [La sociedad de la nieve]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora