enzo vogrincic

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Gaucho

Hoy era mi cumpleaños, cumplía dieciséis, cada vez faltaba menos para los dieciocho. Era jueves veintinueve de abril, día de colegio, me costó despertarme por la mañana ya que me había quedado despierta hasta las doce para esperar los saludos, específicamente me quedé esperando uno, pero al no recibirlo me dormí después de recibir los saludos de mis padres en persona y mis amigas por teléfono.

Entraba al colegio a las siete de la mañana, ya había desayunado, tenia puesto el uniforme y me dirigía al colegio sin obtener el saludo que tanto esperaba. Llegué al colegio cinco minutos antes que cierre la puerta y me dirigí a mis amigos, recibiéndome con besos y abrazos.

El día transcurrió como cualquier otro a excepción de los cantos de feliz cumpleaños en las clases. Por suerte salíamos temprano, a las doce. En la primera hora sufrimos con matemática, descansamos con un recreo y volvimos a sufrir con geografía. Otro recreo más y otro sufrimiento más antes de irme a mi casa. En el último sufrimiento, historia, me llegó un mensaje.

avísale a tus papás que volves sola

ok, gracias
en el lugar de siempre?

en el lugar de siempre

Le hice caso y guardé el celular con cuidado, en las clases teníamos el celular con nosotros por las dudas, pero preferiblemente no teníamos que usarlo.
Espere a que tocara el timbre y al escucharlo salgo de la clase con varios conocidos saludándome por mi cumpleaños.
Salgo del colegio y camino hacia la esquina a dos cuadras del colegio, ahí lo vi a él, me acerqué con cuidado y lo saludé.

-Hola, Enzo. -Saludé al mayor frente a mi.

-Hola, nena. -Se acercó a mi con cautela, procurando que no haya nadie viendo y besó mis labios con delicadeza. -¿Cómo te fue en el colegio?

-Bien, las clases de mierda. -Respondí.

-¿Seguís teniendo a la tarada de Cecilia? -Preguntó mientras caminábamos hacia su casa.

-Si, una forra total.

-No se jubila más esa vieja chota. -Dijo y quedamos en un silencio.

-Clavaste cortecito. -Hablé rompiendo el silencio.

-Y me tenía que poner lindo para la chiquita. -Bromeó.

-Me haces sentir una nena al decirme chiquita. -Lo miré y él me miró.

-Sos una nena. -Rió.

-No es mi culpa que me lleves cinco años. -Hablé. -Con que no te lleven a la cárcel. -Bromeé.

-La culpa tampoco es mía, pero mientras nadie se entere de esto, mejor. -Habló agarrando mis hombros para indicarme el camino hacia su casa. Aunque haya ido miles de veces a su casa desde los catorce, nunca presté atención al camino.

-Claro, no queres que salga en las noticias "Joven de veintiuno años es arrestado por tener relaciones sexuales con una menor de dieciséis años recién cumplidos." -Imité la voz de un noticiero.

-Fua, suena re feo así.

-Es que es feo, pero que se le va hacer.

-Igual no tenemos relaciones sexuales, nosotros hacemos el amor. -Habló riendo.

-Si, ¿dejarme todo el culo rojo es hacerme el amor? -Pregunté.

-Si, ¿Por qué no? -Preguntó.

-Claro, según vos para el amor no hay edad.

Conocía a Enzo hacia años, nos cruzamos un día saliendo de la secundaria, yo había entrado a primer año y él se estaba por egresar en quinto año. Ese día me empezó a seguir en instagram y a los días habíamos empezado hablar. De un día para el otro, él me empezó a saludar en el colegio y a veces nos quedábamos hablando. Cuando se egresó no perdimos el contacto, pasaba a buscarme todos los días al colegio, llevándome a su casa y ahí empezando los encuentros sexuales.

-Cada vez falta menos para tus dieciocho, pensa eso. -Habló entrando a su edificio conmigo detrás.

-Ni un feliz cumpleaños. -Hablé y quedamos en un silencio hasta llegar a su departamento, al entrar deje mi mochila a un lado y me recuesto en el sillón.

-Permiso, eh. -Bromeó él sentándose al lado mío.

-Permiso, eh. -Lo imité y me subí a horcadas encima de él.

-¿Primera cogida de los sweet sixteen? -Preguntó antes de agarrarme de la cintura.

-Mm, puede ser. -Susurré e iniciamos un beso salvaje, al separarnos por falta de aire hice un camino de besos hasta su cuello y dejé varias marcas en este lugar.

Entre suspiros logró decir. -No se vale, yo no te puedo dejar marcas.

-En realidad si podes, pero no sos lo demasiado inteligente. -Susurré antes de sacarle la remera.

-Me calienta mucho ese uniforme. -Habló y me levantó de las piernas llevándome a su habitación. Al llegar, me acostó en la cama con delicadeza. -Igual te lo podría sacar.

-¿Alguien te dio permiso para sacarlo? -Pregunté al verlo acercarse a mi y empezar a quitar mi remera.

-Vos sos mía, aunque no lo aceptes, chiquita. -Susurró en mi oído después de sacarme la remera y sacarme el corpiño.

-¿A si? ¿soy tuya? -Pregunté con malicia. Él me ignoró y sacó mi short junto a mi tanga dejándome solo con la pollera y las medias.

-Sos toda mía. -Respondió después de minutos de estar admirando todo mi cuerpo. -Me calentas muchísimo, pero me calienta más saber que todavía vas al colegio y no es un disfraz.

-Acordate que lo tengo que usar mañana. -Le recordé al verlo bajar su pantalón junto a su bóxer.

-¿Algún día no pudiste hacer algo normalmente? -Preguntó acercando su miembro erecto a mi cara.

-Y, la primera vez que nos vimos no pude ir a entrenar. -Recordé mientras pasaba mi mano por su miembro.

-Si ese día no era potente, no estarías acá conmigo. -Habló jadeando debido a mi toque.

-Puede ser. -Pasé mi lengua varías veces por toda su erección, llegué a la punta y empecé a hacer círculos con mi lengua, recibiendo gemidos de su parte.

-Dios, chúpalo todo. -Me pidió.

-¿Cómo se dice? -Pregunté y pare de usar mi lengua para mirarlo.

-Chiquita, chúpame todo el pene, por favor. -Suplicó y metí su pene dentro de mi boca. Enzo agarró mi pelo para tirar del mismo, intentaba que llegue hasta el fondo de mi garganta, no importaban las ahorcadas, estábamos demasiado calientes como para frenar. -Trágatelo todo. -Habló después de varias chupadas llenando toda mi boca de su semen.

-Me encanta. -Hablé después de tragármelo.

-Dios, no podes ser tanto, nena. -Jadeó y se metió entre mis piernas, sus dedos empezaron a frotar mi clitoris, la habitación estaba llena de jadeos deseando más. -Pedimelo si tanto lo queres. -Me provocó acercando sus dedos a mi entrada.

-Follame con tus dedos, Enzo. -Supliqué y como pedí, los introdujo en mi. Empezó con un vaivén despacio y a medida de mis gemidos fue aumentando el ritmo. -Necesito más. -Supliqué y metió un tercer dedo en mi. Con su otra mano agarró mi pezon para empezar a pellizcarlo mientras que los dedos de su otra mano estaban siendo apretados por mis paredes internas.

-Ya te estás por venir. -Insinuó, me conocía tan bien. Cómo lo predijo me vine llenando sus dedos de mis fluidos. -Chupalos. -Los acercó a mi boca y hice lo que me pidió. -Muy bien. -Sonrió y se levantó para alinear su miembro a mi entrada. -¿Sabes? te voy a cuidar siempre.

-¿En serio lo vas hacer? -Pregunté con desconfianza entre suspiros.

-Si, chiquita.

-Mételo, por favor, Enzo. -Supliqué al sentir como pasaba su erección por mis pliegues húmedos.

-Feliz cumpleaños. -Habló al introducir su miembro dentro mío. Este era el saludo que tanto esperaba.

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subí el fic de Pipe, vayan a leerlo y díganme su opinión !!

mil gracias por las vistas, comentarios y votos, toy re feliz

One shots [La sociedad de la nieve]Where stories live. Discover now