El juego de quererte en secreto [Chiara OT 2023]

Jugando a ignorarse

— Nos referíamos a Violeta.— Soltó Elizabeth, ganándose una mirada sorprendida por parte de las otras dos presentes. — ¿Verdad, Ruslana? — Le dijo dándole un disimulado golpe.

— Si, si... hablábamos de Violeta.

— Ah...— Murmuró Chiara, en un amago de sonrisa.— Bueno, voy a ducharme...

Ignorando a ambas chicas entró a la ducha, y Elizabeth supuso que estaba así porque seguramente a ella también le atraía Violeta. Elizabeth y Ruslana compartieron una mirada y salieron de allí, hablando entre ellas antes de ponerse los micros.

— Lo siento, no sabía que había entrado.— Susurró Ruslana, preocupada.— Pero mira que decirle que te atrae, te pone y te acabará gustando Violeta...

— ¿Qué querías que hiciera? — Preguntó alterada la francesa, suspirando.— Ahora seguro que me odia porque ella también siente algo por Violeta...

— Sinceramente lo dudo mucho...— Susurró Ruslana, pensando en lo ciega que estaba su mejor amiga.

—  ¿Que me odie o que sienta algo por Violeta?

— Ambas. Pero supongo que eso es algo que deberás descubrir tú solita.— Ruslana le dio un par de golpecitos en el hombro a su mejor amiga.— Me voy, Omar me ha dicho de ir a un box a cantar.— Elizabeth alzó ambas cejas y su mejor amiga rió suavemente.— Calla, imbécil.

Ruslana se fue de allí mientras que Elizabeth se acercaba a su armario para recogerlo un poco, pero se quedó con la boca medio abierta al ver el de Chiara. Tenía que admitir que ella no era la más ordenada de todo el mundo, pero el armario de Chiara... era caso aparte.

Hablando, o mejor dicho, pensando en la reina de Roma, salió justo en ese momento de las duchas, y Elizabeth miró hacia ella.

— Kiki, ¿este armario es tuyo? — Chiara la miró y se acercó a ella, alzando ambos hombros.

— ¿A ti que más te da? — Respondió la pelinegra de manera algo seca, sorprendiendo a Elizabeth. 

— Deberías recogerlo.— Elizabeth se cruzó de brazos, había respondido con el mismo tono con el que Chiara le había hablado, porque, si la rubia tenía algo era orgullo, demasiado, y no iba a dejar que nadie le hablase así.— Te guste o no estás conviviendo con otras 16 personas, no tenemos por qué soportar tu desorden. 

— Y yo no tengo por qué soportar tu actitud de mierda todos los días y aquí estoy.

— ¿Qué cojones te pasa Chiara? — Preguntó una confundida Elizabeth, sin entender el por qué Chiara la estaba tratando así.

— No sé, ¿qué te pasa a ti? — Ambas se miraban, serias, calladas, una confundida y la otra dolida, dolida por haber escuchado el nombre de Violeta, dolida porque sabía que Elizabeth nunca se fijaría en ella teniendo a Violeta.

— Yo estoy bien.

— Yo también. 

— Pues vale.

— Pues genial. 

Elizabeth decidió irse de allí, chocando su hombro con el de Martin, el cual pasaba por allí, pero la rubia iba tan enfadada por no entender nada que ni se dio cuenta de que se había chocado con Martin. El chico, al notar aquello, miró a Elizabeth confundido, para después andar hasta donde estaba Chiara, aún mirando hacia donde Elizabeth se había ido.

— Oye, ¿sabes qué le pasa a Elizabeth? —  Preguntó Martin hacia Chiara, la cual estaba sentada en el suelo, recogiendo su ropa y metiéndola en el armario.

— Y yo que se, que se vaya con Violeta y que ella le ayude.— Respondió de manera seca, lanzando con fuerza una camiseta suya dentro de su armario, con rabia.