Terapia anti-traumas

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Tras una hora hablando con su hermana y la abogada que les ayudaría con el caso de sus padres y dos horas de juicio que no sirvieron para absolutamente nada más que para explicar un poco qué había pasado y todo lo que eso había conllevado, Elizabeth se encontraba caminando por las calles de Madrid de nuevo, hacia la casa donde iban a quedarse. 

Iba con los cascos puestos, unas gafas de sol y la capucha de su sudadera, pues no le apetecía en esos momentos que nadie la reconociese, más después de haber ido a un juicio y haber tenido que discutir con sus padres ya que estaban alterando completamente la realidad. Además, esas dos horas tan solo había dado su punto de vista del caso, por lo que en el siguiente juicio serían sus padres los que darían su punto de vista. 

Suspiró de manera suave y sonrió de manera ligera cuando en sus cascos empezó a reproducirse la canción de IKAG, recordando en ese momento el tatuaje que se iba a hacer con Kiki. No pudo evitar que una tonta sonrisa adornase su rostro, o al menos así fue hasta que alguien la llamó, interrumpiendo su canción y su tranquilidad.

Cogió su móvil y rió suavemente al ver el nombre de su mejor amigo, Aiden, en la pantalla. Riendo de manera suave contestó al teléfono, poniéndose este en la oreja a pesar de llevar auriculares, ya que sentía que si no parecía que estaba hablando sola, y estaba loca, pero no tanto.

¡Tía! — El grito de Anna se hizo presente a través del móvil, dejando algo sorda a Elizabeth, la cual decidió que sería buena idea quitarse los auriculares.

Wow, Aiden, que cambiada tienes la voz. — Se burló la rubia, guardando los auriculares en su bolsillo.

¡Déjame hablar a mí! — La voz del chico se hizo presente, y después el resoplido de Anna.

Elizabeth se extrañó, Anna siempre discutía con Aiden por cosas así, pero la rubia tan solo pensó que no tenía ganas de discutir, o algo por el estilo.

¡Hola Lizzy! — Una tercera voz, la de Lucía, su otra mejor amiga, se hizo presente.

¡Menos mal que alguien me saluda! — Lucia rio suavemente ante las palabras de Elizabeth.

Calla y escucha. — Elizabeth alzó ambas cejas, el tono de Aiden parecía realmente serio. — Hay algo que... Que creemos que es bueno que sepas.

Dios chicos, me estáis asustando. — Rió la francesa, pero su risa se fue borrando poco a poco al no oír a sus amigos riéndose con ella. — ¿Que pasa? ¿Tan malo es?

A ver... Digamos que... — Aiden parecía indeciso en si decírselo o no, y la rubia cada vez estaba más impaciente.

Aiden, díselo. — Insistió Lucía, escuchando como Aiden chasqueaba su lengua.

¿Por qué no se lo dices tú? Al fin y al cabo es a ti a la que se lo han dicho. — El chico parecia cada vez más y más nervioso, y eso estaba inquietando por completo a Elizabeth.

No metas a Lucía en tus movidas, tú me has quitado a mí el derecho de decirlo, ahora te jodes y lo dices tú. — Interrumpió Anna, y Elizabeth pudo escuchar el sonido de un golpe.

Vale joder, que agresiva te pones a veces. — Aiden suspiró. — Nos hemos enterado que Mikel va a ir a Madrid y que Evangeline, de hecho... Ya está ahí.

— ¿¡Que?! — Exclamó la rubia, abriendo sus ojos con sorpresa. — ¿¡Por qué?!

— Evangeline, según sus historias, lleva allí más o menos un mes trabajando. — Explicó Anna.

El juego de quererte en secreto [Chiara OT 2023]Where stories live. Discover now