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Jihyo and...

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Maraton :1/5

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Habían pasado dos meses luego de incidente de Ryujin con Sana, para evitar más momentos incómodos, Jihyo prefirió no volver a juntarlas, al menos hasta que su cachorra dejara su actitud agresiva con la alfa.

Sana la comprendió, porque no podían obligar a que Ryujin conviviera con ella, aunque estuviese saliendo con su madre, pero Minatozaki no forzaria las cosas, no podía caerle mal por siempre a la hija de Jihyo o al menos eso esperaba, porque la cachorra estaba enterada de que Sana estaba comenzando una relación con Jihyo, la menor no lo tomó muy bien y a diario mostraba su inconformidad.

Por un instante Jihyo pensó en cortar lazos con la alfa si eso tranquilizaria a su hija, pero por un momento quería ser egoísta y tener la felicidad que Sana le daba, Ryujin la hacía feliz, pero era diferente.

Lo complicado era cuando tenían que esconderse para evitar los berrinches de la Park menor, si pretendían salir, Jihyo daría alguna excusa de trabajo para quedarse más tiempo con Sana, si eran días de descanso, no hablarían hasta que Jihyo estuviera fuera del alcance de su cachorra y asi era su rutina de esas semanas, ambas tenían la esperanza que Ryujin le diera una oportunidad a Minatozaki.

Jihyo fue sorprendida por un ramo de rosas apenas llegó a la oficina, el detalle solo podía ser de la misma persona que le dejaba flores en su escritorio casi a diario, Sana, lo cual era un acto muy lindo, pero la omega no estaba mucho de acuerdo y no porque ya no tuviera donde ponerlas, si no porque la alfa se la pasaba estornudando o con picazón por su alergia, pero Minatozaki le quitaba interés justificando que con cualquier antihistamínico se le pasaría el malestar y valia la pena con tal de ver la sonrisa de la menor.

La omega negó divertida y se sentó para leer cómodamente la carta que siempre traían los ramos, pero ahora no había ninguna, eso la descolocó unos segundos, pero no le presto mucho interés, Sana seguramente lo había olvidado.

Dejando eso de lado, se dirigió a la oficina de la alfa para recordarle los pendientes del día y tener un pretexto para darle las gracias por su regalo del día, tocó más de una vez la puerta sin recibir respuesta, lo cual la alerto porque si las flores estaban sobre su escritorio, era lógico que Sana ya estuviera en su oficina, intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada, eso confirmaba que Minatozaki no había llegado.

Antes de que bajara a recepción para preguntar, oyó el sonido del elevador que le avisaba la llegada de alguien al piso. Frente a ella estaba la japonesa, con un ramo de girasoles en la mano y sonriendole con duda por las rosas.

Creo que no soy tu única admiradora. — dijo con humor la alfa, tratando de obtener discretamente el motivo de esas flores.

De hecho, no sé de quien sean, creí que tú las habías dejado aquí, pero veo que no. — murmuró Jihyo señalando los girasoles que la mayor traía consigo.

Seguramente Mina o Momo las olvidaron ahí. — justificó la alfa, porque solamente ellas tenían permitido entrar al piso y sí Jihyo no las traía con ella, entonces sus amigas podían ser las dueñas del ramo.

Dejaron el tema por la paz, creyendo que las rosas pertenecían a la pareja y en el momento que llegaran verían que las habían olvidado. Pero llegó Momo y luego Mina, y ninguna reclamo las flores, ambas sonrieron con suavidad a la secretaria de su amiga y pasaron a sus oficinas para trabajar.

❝𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀❞ ¦ 𝐒𝐚𝐇𝐲𝐨.Where stories live. Discover now