❝𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀❞ ¦ 𝐒𝐚𝐇𝐲𝐨.

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Maraton: 5/5

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Sana se quedó estática en su lugar, cuando se agachó a la altura de la menor fue para despedirse y lo hizo con miedo a recibir otra patada, pero la infante hizo algo más suave que eso, le dio un abrazo, que Sana correspondió para no herir los sentimientos de le cachorra y lo hizo con todo el cuidado de no incomodarla por su toque.

— Gracias por ir conmigo al día de papi y mami alfa. — su voz fue tan baja que Sana aludió que era por pena.

No podía haber otra explicación, primero le daba un golpe y ahora la estaba abrazando por ser su compañera del día.

— Fue un gusto, lo volvería a hacer, fue divertido. — continuó la alfa, pensando que el acto de agradecimiento ya había durado, pero no era capaz de alejarse del abrazo.

— Iremos a jugar después, ¿verdad? —

A Sana tal vez se le encogió el corazón, no podía decirle que no a esa mirada suave y llena de anhelo. Al final tenía razón, Ryujin no era más que una cachorrita que buscaba proteger a su madre, y al parecer ya confiaba un poco en la alfa.

— Claro, ¿qué día tienes libre? — preguntó aún sabiendo que los sábados la cachorra tenía entrenamiento y probablemente terminaba bastante cansada como para jugar.

Jihyo observó la escenas a espaldas de Ryujin, habían comido juntas, la menor le mostró su películas favoritas a Sana, y cuando la alfa dijo que tenía que irse, creyo que su hija se despediría con un seco adiós y sí acaso le daría las gracias como lo prometió antes de que Minatozaki llegara por ellas para ir al colegio.

La menor volteo a ver a su madre para que ella respondiera esa pregunta.

— El domingo estaría bien. — contestó la omega acariciando el cabello castaño de su hija.

Sana le sonrió una última vez a la infante y le prometío estar ahí ese día para ir al parque y jugar fútbol.

Ryujin le dio una despedida más corta y fue a su habitación, dejando solas a las mayores.

La nipona se levantó y no tardó en envolver sus brazos en la cintura de su novia, ansiaba darle un beso largo de esos que le dejaban la sensación por horas. Jihyo aceptó gustosa el contacto, llevaba horas esperando por eso, con Ryujin casi pegada a ella, no podían más que compartir besos cortos ante el menor descuido de la cachorra.

Se separaron cuando alguien tosio para incomodarlas, Dahyun que venía llegando de la universidad.

— Hola, chicas. — saludo esperando que se movieran de la puerta para que pudiera pasar.

Las mayores le respondieron el saludo y la dejaron pasar al darse cuenta que estorbaban, pero Dahyun no entraría hasta que molestara un poco más a Jihyo.

Al pasar a lado de la omega mayor, aparentemente pretendía que fuera un susurro, pero su tono fue con toda la intención de avergonzar a Sana.