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| CAPÍTULO SEIS. |

Suspiro recuperando el aliento después de haber corrido por casi todo el Valhalla, finalmente llegó a la enfermería en búsqueda de su hermana menor, siendo para Dahlia el único lugar donde podría encontrarla, después de haber ido a su habitación y darse cuenta que estaba totalmente vacía.

¿Busca a alguien señorita? —Una voz a sus espaldas la hizo sentir aliviada de encontrar, aunque sea a alguien capaz de ayudarla con su búsqueda.

No sospecho del propietario de la voz, pues parecía ser un hombre con acento inglés, de buen porte, incluso se atrevería a decir que apuesto y caballerosos.

Sí, estoy buscando a mi hermana menor.... —Respondió llevando su mirada verdosa hacia el interior de una de las habitaciones, en busca de las coletas rubias de Hlökk.

Mmm, lamento decirle que por aquí no se encuentra ninguna niña. —Dijo el hombre moviendo ligeramente una cuchara en el interior de una taza blanca de porcelana.

Finalmente, la valquiria dejo de darle la espalda al hombre, volteándose para que sus ojos verdes se encontraran con él; la pelirroja lo pudo imaginar como uno ideal. Tanto como Nikola Tesla lo era para ella.
Pero su semblante sereno y sonriente cambio drásticamente al reconocerlo.

Tú... —Dijo llevando sus emociones negativas, a desaparecer con asombro mezclado con su preocupación.

Sentimientos que lograron desconcertar al inglés, al ver como dos colores diferentes se mezclaban preciosamente alrededor de la pelirroja.

Fascinante. —Murmuro sonriente, llevando la taza de té a sus labios y sorbiendo el contenido de esta, sin despegar su mirada azul y carmesí de ella. —Quiero suponer que a la niña que buscas, es Hlökk.

S-si... —Asintió desconfiada, pensando lo peor.

Ese hombre era un cruel asesino, alguien terrible. Aún con esa apariencia tan elegante y lo apuesto que era, no podía darse el lujo de bajar la guardia. No sabía quién era, solo sabía, lo que era.

Se sintió aliviada al verla, corriendo hacia la más pequeña y abrazándola con fuerza, hundiendo suavemente su cabeza en el rubio cabello atado de su hermana menor.

Oh por los dioses. Me alegro que estés viva. —Dijo sonriente la pelirroja abrazando a Hlökk con fuerza, aliviada al saber que estaba completamente bien.

Dahlia, querida hermana. Sabes que te aprecio mucho, pero suéltame... Me asfixias... —Respondió entrecortada la valquiria con sus manos ocupadas intentando alejar a la mayor.

Si... Perdón, es que estaba feliz de que estés bien. —Agrego apenada separándose del abrazo, observando avergonzada a la menor.

Hlökk suspiro llevando su mano derecha a su cintura, cerró los ojos mientras fruncía el ceño y chasqueo la lengua. Le costaba demasiado admitir que le encantaba recibir abrazos de su hermana mayor.

Está bien, no te preocupes por eso. —Agrego desviando la mirada, manteniendo un semblante de molestia. Aunque realmente parecía estar avergonzada.

Jack a su lado rió suavemente, manteniendo la taza sobre el platillo de porcelana en su mano. La rubia volteó fulminado a su acompañante con la mirada.

Bueno, tengo que irme... Nikola y los demás deben de estar preocupados por mi repentina desaparición. —Suspiro la mayor de las valquirias dejando la taza en la mesa. —Me alegro que esté bien, señor Jack. Es muy agradable, me disculpo por creer cosas terribles de usted. —Hizo una reverencia arrepentida por las supersticiones que tenía sobre aquel asesino.

No te preocupes, es algo a lo que ya estoy acostumbrado. —Respondió restándole importancia al asunto.

Dahlia sonrió manteniendo su mirada en aquel hombre de elegante porte y cabello blanco.

Muy bien, creo que vendré a verlos nuevamente. Disfrute mucho de esta pequeña fiesta de té. Nos vemos, adiós. —Se despidió apresuradamente mientras se alejaba de ambos, saliendo de la habitación dejándolos solos nuevamente.

Se mantuvieron en silencio mientras bebían del té en sus tazas de porcelana, el ceño de la femenina se encontraba fruncido mientras sus ojos se cerraban ligeramente.

¿Acaso dijo, Nikola? —Hablo la rubia de dos coletas después de unos minutos, dejando la taza en la mesa sobre el platillo de porcelana.

Así es. Mmm pienso que debe de ser ese inventor... Nikola Tesla me parece, recuerdo haber escuchado algo de él. —Respondió vagamente, llevando nuevamente la taza a sus labios y bebiendo el contenido de esta hasta terminarlo completamente.

Conociendo a mi hermana, estoy segura de que le gusta ese humano. Me preguntó qué tan bueno debe de ser para atraer su atención. —Agrego Hlökk pensativa.

¿Es tan difícil de conquistar? —Pregunto Jack con sorpresa disimulada en su tranquilo semblante.

Demasiado difícil diría yo... —Sonrió ligeramente. —Deseo de todo corazón que Brunhilde decida unirlos a ellos dos en alguna ronda del Ragnarok. Es la primera vez que noto a mi querida hermana tan enamorada. Brilló de solo decir su nombre.

Ambos compartieron unas ligeras risas, antes de terminar su agradable charla.

Se adentró en la enorme habitación, llegando hasta ella ese característico olor de los libros viejos que ocupaban el mayor espacio del lugar. Observando las paredes con pizarrones llenos de ecuaciones que no podría comprender ni en un millón de años.
Camino con cuidado de no pisar a los científicos dormidos en el suelo, el único que no le sorprendía ver despierto era al joven Tesla. Quién balbuceaba cosas a medias, mientras su mano se movía con rapidez escribiendo números y letras en el pizarrón con la tiza blanca que parecía desgastada.

Creo que debe anotar en la lista de cosas un paquete de tizas para seguir escribiendo. —Dijo la valquiria rompiendo el silencio en aquel inmenso lugar.

Lo tomaré en cuenta. —Respondió él, sonriendo suavemente, detuvo su mano un poco adolorida por el esfuerzo.

Suspiro, borrando la sonrisa de su rostro para voltear y encontrarse con la mirada verdosa de aquella hermosa valquiria.

Nos tenías preocupados. ¿Dónde estabas?

¿Nos? ¿Eso quiere decir que se preocupan por mí, señor Tesla? —Pregunto alegremente la pelirroja, manteniendo sus manos entrelazadas enfrente de ella. Sonrió mirando atentamente las expresiones del castaño.

N-nos... ¿Di-dije eso? Ah, n-no... Yo solo... Tenías muy preocupada a Marie, s-sí. También a los demás, yo... —Suspiro, golpeándose mentalmente por aquellas incoherentes palabras.

La suave risita de la valquiria frente a él, lo sacó de sus reproches mentales. Volteando para mirarla reír despreocupadamente, fue todo lo que necesito para que el estrés acumulado en su cuerpo se disolviera.

Ella se volvía una cura que necesitaba en su vida.


❝Valquiria❞ |𝙉𝙄𝙆𝙊𝙇𝘼 𝙏𝙀𝙎𝙇𝘼| [ʳᵉᶜᵒʳᵈ ᵒᶠ ʳᵃᵍⁿᵃʳᵒᵏ] ✔︎Where stories live. Discover now