❝Valquiria❞ |𝙉𝙄𝙆𝙊𝙇𝘼 𝙏𝙀𝙎𝙇𝘼| [ʳᵉᶜᵒʳᵈ ᵒᶠ ʳᵃᵍⁿᵃʳᵒᵏ] ✔︎

8.

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⋆ | CAPÍTULO OCHO. | ⋆

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Suspiro mirando los jardines del Valhalla, sintiéndose reconfortada por la naturaleza tranquila que le rodeaba. Había estado pensando esos últimos dos días sobre lo que Hlökk le había dicho.

¿Debía de decirle a Brunhilde lo que pensaba al respecto? O incluso su deseo de hacer el Völundr y unir su corazón con Nikola Tesla.

—¿Qué es lo que te abruma Dah-chan? —La voz conocida de Buddha se escuchó a sus espaldas.

—¡Señor Buddha! —Exclamo saliendo de sus pensamientos. —Yo solo... Es complicado.

—"Es complicado..." —Repitió pensativo el rubio sacando la paleta de su boca, acercándose hasta la valquiria y sentándose a su lado contempló el hermoso paisaje. —Me gustaría saberlo.

—A ti solo te gustaría saber de Brunhilde. —Respondió con burla la pelirroja, sonriendo levemente antes de que su expresión desapareciera.

—Me has atrapado. Si quiero saber sobre Brun-chan, pero, veo que no estás bien así que puedes contarme.

Suspiro, mordiendo su lengua. No debería compartir sus penas con el pretendiente de su hermana mayor. De todas formas, de alguna u otra forma le tenía lástima. Si tan solo supiera que Brunhilde solo está enamorada de Sigurd, y que el Ragnarok en sí, no solo era para salvar a la humanidad.

—Yo... Conocí a un humano. Y creo... Estoy segura de que me enamoré de él, pero Brunhilde no creo que lo apoyé del todo, tiene todos los luchadores controlados.

—Oh ya veo, temes que no te toque hacer el Völundr él, ¿Verdad? —Asintió comprendiendo la situación por la que la joven valquiria pasaba.

La pelirroja lo miro, sorprendida por el sentimiento de compresión que sentía al estar junto a Buddha, sintiéndose extrañamente protegida. Un sentimiento diferente al que sentía cuando Sigurd estaba cerca de ella. Él jamás le había dado buena espina.

—Si... Quisiera... Decirle todo a Brunhilde, pero, me prohibió verlo otra vez. Y estoy segura de que no pensará ni por un segundo emparejarme con él en alguna ronda del Ragnarok. —Respondió mirando el cielo despejado, últimamente sus ánimos

—Bueno, creo que más que la decisión de Brun-chan, es tú decisión. Debes estar segura de lo que vas a hacer, si realmente lo amas, querrás estar con él. —Agrego Buddha brindándole una sonrisa a la pelirroja.

—¿Estás sugiriendo que me enfrente a mi hermana mayor?

—Si yo voy a traicionar a los dioses, por Brun-chan. Tu puedes hablar con ella para que puedas estar con el humano que te gusta. —Comento el dios, manteniendo una cálida sonrisa en su rostro.

—Espera, ¿¡Qué?! ¿Vas a traicionar a los dioses? —Dijo con sorpresa, sus ojos verdes se abrieron de la sorpresa que sentía en ese mismo momento.

—Así es. Si los dioses no van a defender a la humanidad, yo lo haré. No me importa traicionarlos.

—También lo haces para ayudar a Brunhilde. —Sonrió burlonamente al descubrir un tenue sonrojo en el dios.

—Bueno... Si, tienes razón en eso. También lo hago por Brun-chan. —Acepto rendido.

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Nikola caminaba por los pasillos del Valhalla, su intención era tomar un respiro por petición de Marie. Quién, molesta lo sacó del laboratorio con la excusa de que debía despejar su mente, y pensar en cosas diferentes más allá de la ciencia y las investigaciones que llevaban a cabo.

Quizá estaba perdido, el lugar era inmenso, y él, nunca había salido de aquella habitación desde que Brunhilde lo había reclutado para el Ragnarok.
No tenía motivos para explorar ese lugar, cuando su mente estaba solamente ocupada en la investigación. Hasta que la conoció, había robado su corazón con una mirada, y confirmado sus sospechas con una sonrisa.
Pero, tenía días sin verla. Días que le parecieron eternos, noches donde solamente deseaba escribir ecuaciones hasta el cansancio con tal de no tenerla en su mente.

Suspiro metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, mirando aquel pasillo con aburrimiento. Si tan solo pudiera encontrarse con ella...

Unas risas lo sacaron de sus pensamientos, volteando hacia los jardines la vio compartir sonrisas con un hombre, o quizá incluso dios. Sintió su corazón pararse al momento de verla sonrojada ocultándose detrás de sus delicadas manos, mientras miraba al rubio con una sonrisa. Hablando de cosas que en ese momento le interesaban mucho más que terminar la investigación.
Mordió con fuerza controlada su lengua, evitando poder cometer alguna tontería nada propia de él.

Y con todo el dolor que podía sentir en su cuerpo, con la decepción acumulándose junto a ese extraño sentimiento que se depositaba en su corazón. Se alejó de ahí.

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Suspiro aliviada al ver como Buddha ganaba la batalla contra aquel terrible demonio que parecía haber devorado el razonamiento del adorable ZeroFuku. Sonriendo se dio la vuelta para salir del balcón.

—¿A dónde crees que vas Dahlia? —Dijo Brunhilde con seriedad, deteniéndola antes de abandonar el balcón.

—Voy con Buddha. Ya que al parecer tú no le agradecerás arriesgar su vida por esta causa que tanto te importa. —Respondió con molestia la pelirroja.

Saliendo deprisa del lugar, sin esperar respuesta de su hermana mayor. Estaba demasiado preocupada por aquel gentil dios que la había ayudado a darse cuenta que la mejor forma de conseguir lo que realmente quería, era simplemente tomándolo. Estaba enfrentando a su hermana, poco a poco.
Corría por los pasillos del Valhalla hasta chocar con alguien, la velocidad a la que iba logro tirarlos a ambos al suelo. Ella estando arriba de aquel desconocido.

—Lo siento, lo siento mucho. No veía por dónde iba... —Sus palabras se congelaron en el aire al verlo una vez más.

Nikola estaba bajo ella, con una mueca de dolor ante el golpe seco de la caída.

—Nikola...

—¿Puedes bajarte? —Dijo adolorido, soltó un suspiro cuando ambos se levantaron.

Limpio el resto de polvo de su saco, con una mirada fría llena de desdén. Estaba siendo demasiado para él, sentir que sus sentimientos nunca serían correspondidos y ahora, ella estaba frente suyo. Mostrándole esa sonrisa que lograba agitar su corazón.

—Lo siento mucho...

—Está bien, no te preocupes. Solo ten más cuidado a la próxima. —La detuvo, sin mostrar interés en querer seguir junto a ella.

Dahlia miro con sorpresa la expresión del castaño, ¿él estaba tratándola así por lo que había pasado con Brunhilde? ¿Su hermana le había dicho algo?
Dolió ver su mirada sin sentimiento y su expresión llena de desdén y serenidad.
Una vez más, demostró que ella no le importaba.

—Supongo que vas a ver a Buddha.

Su voz la hizo regresar a la realidad, estaba siendo demasiado frío con ella. No era alguien desconocido, habían compartido demasiadas conversaciones, ideas, e incluso convivido lo suficiente como para llamarse con confianza.

—Yo... S-sí. —Las palabras se trabaron en su lengua, ¿Que podía decir en su defensa?

Se sentía acorralada, ¿Acaso creía que tenía sentimientos por el dios?
Nikola asintió, parecía no importarle. Aunque por dentro su corazón se hacía añicos.

—Bien... Te deseo suerte.

Confundida lo vio marcharse, ¿Suerte? ¿A qué se refería? Su mente estaba hecha un lío, retomo su camino con ese pensamiento dando vueltas en su mente.

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