|Daniel Burge.

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Episodio Treinta y Tres: Daniel Burge.

























Me aferré a su cuerpo, aspirando su aroma por una última vez, sintiendo como ella se negaba a soltarme y dejarme ir. Traté de suspirar, buscando relajarme mientras intentaba levantarme de la cama en la que Caitlin se encontraba con su cabeza sobre mi pecho.

—Kit Kat—. Pronuncié el nuevo apodo que le tenía, acariciando su ondulado cabello castaño claro.

—No me llames así—. Refunfuñó, causando que me riera nasalmente.

—Va contigo, mi dulce preferido es el chocolate y tú eres tan dulce como uno—. La muchacha me vio con una cara divertida y yo me eché a reír. —Bien, sonaba mejor en mi cabeza—. Me excuse.

—No te vayas—. Casi rogó, suspirando.

—Tengo que irme, prometí que iría a la cena de los West con Wally—. Tomé aire. —No quiero alejarme de ti, no te veré hasta mañana en el laboratorio—. Refunfuñé como una infantil niña pequeña.

Caitlin rodó los ojos, levantándose de su lugar. Yo la observé cuidadosamente, notando como se sentaba sobre mis piernas, viéndome fijamente.

—Leah, es que no piensas con claridad—. Me dijo con obviedad, y yo abrí los ojos sorprendida.

—¿Qué?—. Al instante comencé a pensar, ¿había arruinado algo?

—Si de verdad no quisieras alejarte de mí, ya me hubieras embarazado, propuesto matrimonio y comprado una casa para llevarme a vivir contigo—. Sonreí de lado, divertida mientras notaba como la muchacha hablaba con una inmensa seriedad inigualable.

—Caitlin...—. Traté de no burlarme de su idea.

—Es cuestión de pensar, Leah. Pensar—. Sus dedos tocaron mi frente, y aproveché para tomar sus manos.

Pasé mi lengua por mis labios, antes de suspirar.

—No puedo embarazarte—. Puse a la luz el problema más obvio.

—Yo me encargaré de esa parte, el Laboratorio me será útil—. Dejó un beso casto en mis labios. —Tú deberás cubrir la otra parte—.

—Me parece bien—. Recargó su cabeza en mi hombre, parecía aspirar mi aroma.

—Bien, y luego estaremos juntas todo el tiempo—.

—¿Qué hay del trabajo?—. Sentí como besaba mi cuello.

—Será un descanso para ti—. Sonreí de lado.

—No podría cansarme de ti—. Le dejé en claro, alzando su rostro con mis manos para luego besarla.


































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Leah. | Caitlin Snow. | 1. | En Proceso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora