CAPITULO 9

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El sonido de la jaula al abrirse hizo que Mew se moviera. El más leve de los movimientos, pero le dejó sin aliento. Se sintió como si el simple hecho de parpadear se lo lo llevara todo.

Respirar definitivamente lo dejó sin aliento.

Había dejado de intentar predecir cuándo Gulf Nieto volvería a mostrar su rostro. El tiempo iba y venía a paso de tortuga. No podía predecir nada.

Aparte de que Henan le jodería.

Con eso podía contar.

Los pasos se acercaron a donde yacía, acurrucado en una posición semifetal sobre el delgado trozo de tela que hacía las veces de colchón, pero Mew mantuvo los ojos cerrados y esperó. Esperaba que Henan se abalanzara sobre él como lo había hecho desde la última vez que Gulf salió de la jaula.

—Si fuera por mí, ya estarías muerto.

Mew abrió los ojos ante esas palabras, dichas en voz baja, pero lo suficientemente clara como para no confundirlos. El sentimiento detrás de ellas no era sorprendente, en absoluto.

Su guardia se apoyó contra la jaula, con un plato en la mano lleno de comida. Olía a grasa y a calor. Mew juró que vio el vapor que subía. Se le cayó la baba. La comida era un bien escaso.

—Si me saliera con la mía, te desmembraría mientras aún estás vivo. —Henan metió el dedo en la comida y luego se lo metió en la boca, mirando a Mew mirarlo. —Solo para escuchar tus gritos.

—Yo, eh... Mew se aclaró la garganta. —No soy del tipo que grita, lo siento. —Lo último que debería estar haciendo en su estado debilitado era antagonizar a Henan, el hombre que tenía su sustento en sus manos. Literalmente. Pero Mew no pudo evitarlo.

Henan se apartó de la jaula con el rostro fruncido. —Gritarías. Golpeó con una bota el tobillo de Mew. —Yo te haría gritar.

A pesar del dolor, Mew no apartó la mirada. —Lo intentarías.—Forzó una sonrisa. —Y obtendrías una A por el esfuerzo. Definitivamente, Henan no estaba en la lista corta de cosas que temía Mew.

Gulf Nieto en cambio...

Henan aplastó el plato de comida en la cara de Mew con tanta fuerza que éste cayó de espaldas sobre el colchón.

Ah, mierda.

Nunca se acostumbraría a las patadas de Henan. En todo su cuerpo, la mayoría en su torso. Levantó las manos, barriendo la comida que tenía en la cara y en los ojos mientras intentaba bloquear esas patadas.

Una inocente, —Henan deliraba con cada patada. —Ella era una inocente. —Ella era inocente. —Mataste a un inocente.

No le estaba diciendo a Mew algo que no supiera ya. Los Nietos habían sido un trabajo. Un puto trabajo que le cambió la vida. Pero él era un hombre de negocios. Era lo que hacía.

—Ella no se lo merecía. —Henan sonaba más como un cónyuge afligido que como el verdadero cónyuge afligido. —Hermosa. —Sus patadas vacilaron, al igual que su tono. —Era hermosa y buena. —Se tambaleó hacia atrás y Mew levantó la cabeza.

Henan se había tambaleado a un par de pies de distancia y lo estaba mirando con una expresión oscura, una mezcla de angustia, sed de sangre y pérdida real.

Bueno. Mew se limpió lo que le resbalaba por la mejilla -sangre o grasa de la comida, no lo sabía y sonrió. —La encantadora Petra. Estabas enamorado de ella. —¿Gulf Nieto lo sabía? —¿Cómo reaccionaría tu jefe, me pregunto? —Se lamió el dedo sin molestarse en ver qué había en él mientras guiñaba un ojo. —¿Deberíamos decírselo y averiguarlo?

1-BELLAMENTE CRUEL- VERSATIL(SAGA STANIEL)Where stories live. Discover now