CAPITULO 16

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—Shh. —Mew secó la lágrima que resbaló por la mejilla temblorosa de la mujer. —Lo hiciste bien. —Él sonrió y ella se echó hacia atrás. Eso lo hizo sonreír más. —Muy bien.

—No me mates, —sollozó ella.

—Bueno, no hago promesas, —le dijo. —Todo depende de tu hijo en realidad. —Un mechón de su cabello gris se le había escapado de su moño suelto, así que lo hizo girar alrededor de su dedo antes de colocarlo detrás de su oreja.

—¿Eres… amigo de mi Toro? —Las lágrimas brillaron en sus ojos y cuando parpadeó, cayeron, deslizándose una vez más por su mejilla arrugada por la edad. Era una mujer guapa, regordeta y olía a calidez y bienvenida.

—Amigo es una palabra fuerte. —Lo dejó así.

Hacía más de una hora que había irrumpido en su modesta casa, solos Bruce y él. El resto de sus hombres vigilaban el exterior de la casa, en busca de su hijo. Se había sorprendido al saber que Gulf tenía un sobrino. Toro no era oficialmente un Nieto, pero tenía esa loca sangre Nieto corriendo por sus venas.

Ese era el único requisito necesario.

—No le harás daño, ¿verdad?

Ella le gustaba. Atada a una de las sillas de su salón, seguía mirándole con fuego en sus ojos húmedos.

—Otra vez, —le dijo. —Todo depende de lo cooperativo que resulte ser tu Toro. —No la había lastimado. Solo la habían asustado cuando regresó a casa. Bruce mantuvo su pasamontañas puesto, Mew eligió mostrar su rostro.

—¿Tu mamá sabe lo que estás haciendo?

Acercó una silla y se sentó frente a ella. —No tuve mamá, —dijo mientras Bruce estaba parado en un rincón, todo silencioso e imponente. —Ella murió dándome a luz.

Ella lo miró con recelo. —¿Es por eso que estás haciendo esto? ¿Porque no tenías una madre que te enseñara el bien del mal?

Se echó a reír. —Oh, no. Simplemente me gusta hacer esto.

—Rezaré por tu alma.

Ladeó la cabeza. —No tengo una, pero le agradezco de todos modos. —Le tocó la mejilla con los nudillos. —Puedo ver tu amor por tu hijo, —murmuró. — Creo que podría envidiarlo.

El teléfono de Bruce sonó y se movió en las sombras. —Él ha llegado.

—Ven. —Se quitó un trozo de cinta que tenía en la mano.

—No. No. —Ella se giró de lado a lado, pero Bruce dio un paso adelante, sosteniéndola firme para que Mew pudiera vendarle la boca.

Ella sollozó, el sonido amortiguado por la cinta.

—Shh. —Señaló con la cabeza a Bruce, quien la levantó y la llevó a la habitación trasera.

Las llaves sonaron en la cerradura y un segundo después entró un hombre con una sudadera negra con capucha y unos vaqueros oscuros.

—Mamá, estoy en casa. —Él cerró la puerta detrás de él.

—Hola.

El recién llegado giró, con el arma en la mano. —¿Quiénes son…? Mierda. —Sus ojos se agrandaron cuando vio a Mew.

—Toro, ¿sí?

—¿Dónde está mi madre? Se tambaleó hacia adelante, agarrando a Mew por la pechera de su camisa. —¿Donde esta ella?

—Ahora. Ahora. —Mew no sacó su arma. No lo necesitaba, no cuando tenía la ventaja. —Tu madre, una mujer encantadora, por cierto, está cerca. Viva, —dijo rápidamente. —Pero no si decides apretar el gatillo.

1-BELLAMENTE CRUEL- VERSATIL(SAGA STANIEL)Where stories live. Discover now