CAPITULO 21

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El sonido de su teléfono hizo que Gulf se enderezara, pero no lo había despertado. Había estado despierto por un tiempo, alternando entre mirar fijamente a un Mew dormido y mirar fijamente al techo.

Se bajó de la cama, corriendo hacia la sala de estar del gran ático. Su ropa estaba esparcida sobre una silla y buscó en los bolsillos de sus pantalones en la habitación oscura hasta que encontró su teléfono.

Soltó un suspiro cuando vio la identidad de la persona que llamaba. —Toro.

—Se ha organizado una reunión.

—Dime. —Se puso los pantalones y luego se encogió de hombros dentro de la camisa mientras caminaba hacia la ventana.

—Felipe convocó una reunión con Pérez, —dijo Toro.

—¿Dónde y cuándo? Buscó a tientas con los botones de la camisa y luego puso los ojos en blanco cuando se dio cuenta de que había tomado la de Mew por error.

—Pasado mañana. —Cuando Toro nombró la ubicación, Gulf gruñó.

Las dos bandas podrían masacrarse mutuamente, o por fin se darían cuenta de que un tercero les estaba poniendo en contra. A Gulf no le importaba ninguna de las dos cosas.

—¿Qué es lo que quieres hacer? —preguntó Toro.

—Nada. Veamos cómo se desarrolla todo.

Toro se quedó en silencio.

—Toro.

—¿Dónde estás?

—Estoy con Mew. — Presionó una palma contra el cristal frío, mirando su reflejo. —Hablaremos cuando nos veamos.

—No puedes confiar en él, tío. —La ira confusa de Toro avivó la traición cuajando en el vientre de Gulf. —No tiene lealtades.

—Yo me encargaré. —Excepto que no sabía si eso seguía siendo cierto en lo que a Mew se refería.

Toro resopló y le colgó al oído.

Gulf suspiró.

Todo esto era un territorio nuevo. Pero él quería al griego y tenía que vivir con eso. Tenía que encontrar una manera de reconciliar lo que había hecho con Mew esta noche con lo que había hecho Mew.

¿Como él haría eso?

Miró el teléfono que aún tenía en la mano. Debería haberse ido, pero de alguna manera todavía estaba en este lugar, oliendo a Mew en su piel y en la camisa que ni siquiera se había molestado en abrochar. Había tenido sexo con el hombre dormido en la habitación de al lado.

Caliente y duro y con tantos grados de bondad, pero lo había hecho con los ojos bien abiertos. Sabía lo que estaba haciendo, con quién, y quería más.

Se abrió una puerta detrás de él. Se tensó, pero no se dio la vuelta, y pronto una mano se deslizó por su espalda.

—Todavía estás aquí. —La voz de Mew estaba rasposa por el sueño. Seductora.

—Lo estoy.

—Mmm. —Con los labios en la nuca de Gulf, Mew tarareó. —Y estás usando mi camisa.

Las comisuras de la boca de Gulf se curvaron. —¿Te importa?

Los brazos rodearon su cintura y la cabeza de Mew se apoyó en la espalda de Gulf. —Me importa, pero solo porque quiero tocar tu piel.

Gulf tomó las manos de Mew y las guió a cada lado de la camisa desabotonada. —Quitamela.

Mew lo hizo y la camisa se alejó flotando, posándose a sus pies con un leve susurro. Los labios rozaron la espalda de Gulf. Tenía un tatuaje allí, una sola pieza que ocupaba gran parte de toda su espalda.

1-BELLAMENTE CRUEL- VERSATIL(SAGA STANIEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora