04

566 44 10
                                    

Ahora estaba más que arrepentido por retar de esa forma a Dabi, incluso rogaba porque sus clases se alargaran, o sus padres le obligarán a ir con ellos a una junta. Algo debía pasar antes de la tragedia que tendría su vida.

El pelinegro había llegado por la mañana, cerca de las 10:00AM, ya que apenas su avión aterrizó le mando un mensaje avisando su llegada, y que el manager pasaría por el saliendo de la preparatoria.

Ahora admitía que tenía un poquito de miedo, y es que no sabía si Dabi iba a perdonarlo o iba a castigarlo así como le menciono.
De solo pensarlo lo hacía arrepentirse una y otra vez de provocar a su Daddy, ahora estaba seguro que hoy sería su último día de caminata.

—Todoroki-kun... Todoroki-kun—Movió el cuerpo del chico suavemente, haciéndolo reaccionar.

—¿Eh?¿Pasa algo Midoriya?.

—Las clases ya terminaron Todoroki-Kun, deberíamos salir ya.

—*Dios, si estás ahí sálvame*—Ni siquiera había notado cuando la última clase termino, se asomó por la ventana del salón y diviso el lujoso auto fuera de la escuela como siempre—S-si, vamos—Sonrió nervioso, tomando sus cosas y caminando con el pecoso hasta la salida.

Iba más lento que de costumbre, los pasillos se notaban solos cada vez más y el pedía que por alguna razón se retrasará y saliera más tarde, así tal vez disfrutaba más de caminar.
Una idea llegó a su mente, repentina y algo estúpida, pero valiosa en ese momento. Prefería disfrutar otras horas de caminar antes de su tortura.

—¿Y si me escapó?—Soltó de repente, provocando confusión en el peliverde.

—¿Escaparte? ¿De qué?—Se detuvo un momento, mirando al chico con una ceja enmarcada.

—Oh... Dabi volvió hoy a la ciudad.

—Ajá.

—Pero mientras estaba fuera yo me atreví a provocarlo, cosa que ahora me arrepiento—El más bajo rio bajito, avergonzado al otro.

—Ya me imagino porque quieres escapar.

—Créeme, ahora solo pido que algo mágico pase para no llegar ahí.

—¿Por qué no sales por la puerta trasera? Nadie te verá y puede que te sirva como escape en estos momentos—Le daba un poco de gracia la situación de su amigo, pues a el le ocurrió lo mismo un año atrás y ahora lo recordaba.

—Es verdad. Gracias Midoriya, voy a darme prisa para volver a casa.

Izuku asintió, antes de ver cómo su amigo caminaba en dirección contraria, directo al campus dónde estaba salida.

Estaba dispuesto a salir desapercibido por todos, incluso, no vió a nadie de camino, imagino que la mayoría ya se había ido a sus casas, y que otros estarían aún en los salones.
Solo esperaba que nada saliera mal, tomaría un taxi y se iría a su casa a refugiar por las próximas 3 horas.

Antes de salir miro detrás de el, confirmando que nadie le viera o que ni siquiera el mayordomo de Dabi entrará a buscarlo, pues sabía que haría todo para encontrarlo.

Buuu.

Volteo a mirar al enfrente de inmediato, algo sorprendido y avergonzado. Si, ahí estaba el azabache, delante de él viéndole con una media sonrisa, burlona y sarcástica como siempre.
Si, dejo caer sus hombros al darse cuenta que había fallado en su plan, y que ese sujeto siempre iba a encontrarlo de alguna forma.

Camino hasta el mayor arrastrando los pies, antes de pegar su frente al pecho de este con un sonrojo hasta las orejas de solo pensar que estaba más que muerto después de haber sido encontrado.
Dabi solo esbozo una sonrisa ladina, colocando una mano en el cabello del menor para acariciarlo con suavidad.

The perfect daddy;   DabiTodoWhere stories live. Discover now