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—¿Hasta cuándo vas a seguir llorando? Es molesto.

Sorbió su nariz, limpiando con la manga de su polera sus lágrimas e intentando no hacer ni un solo ruido.

—Tsk... Iré a comprar algo para comer, ¿Quieres algo?—

Nego con la cabeza, ocultando su rostro entre sus brazos he intentando callar sus sollozos, lo cual era casi imposible.

—Como sea. Solo no hagas nada estúpido en lo que regreso, te llevaré a tu casa más tarde así que no pienses en irte solo—

Y sin más que decir el castaño salió de la habitación, dejando al menor ahí en la solitaria habitación, sollozando débilmente por el dolor que le ocasionaba casa movimiento.

¿Por qué era tan idiota?

El mismo Dabi le dijo algo que era tan cierto y molesto a la vez...

“—Las personas jamás cambian niño, métetelo en la cabeza—”

No pudo más cuando escucho el sonido de la puerta cerrarse, los gemidos de dolor salieron de sus labios y sus lágrimas se intensificaron. El cuerpo le dolía horrible, y el dolor de cabeza que tenía lo estaba matando, no sabía que le había dado ese imbécil, pero estaba seguro que era algún tipo de droga o algo parecido, pues su vista estaba borrosa y podía sentir que en cualquier momento iba a desmayarse.

Se levantó de la cama, sintiendo el dolor en cada parte de su cuerpo. Tomo su ropa la cual se colocó con dificultad debido al dolor de los golpes y de su parte baja. Era tan doloroso y asqueroso tener que soportar una vez más eso, solo que está vez tuvo que soportar una violación, era un imbécil, de eso estaba seguro.

Tomo sus cosas y con dificultad salió de la habitación. Abrió la puerta de la vivienda, notando la presencia de una persona fuera; un chico rubio, de ojos ámbar y rizos hermosos.

—¿Shoto?—Abrió los ojos sorprendido al ver al chico bicolor salir de la casa en ese estado—

—¿T-tú quien eres?...—Sintió que su respiración se volvió pesada, costandole respirar—

—Soy Keigo Takami. Trabajo para la policía como agente en cubierto, ¿Pero qué te paso?—Se acercó al menor pasando un brazo de este por sus hombros para poder ayudarle a caminar—

—N-no quiero hablar de eso, solo quiero...—

Si, efectivamente, el chico cayó desmayado en sus brazos sin decir nada más. Rápidamente pidió una ambulancia y llamo una patrulla, porque no por nada el chico había salido así, ese imbécil tenía algo que ver. Tomo su pulso y se dió cuenta que era muy débil, demasiado... Ese sujeto debió darle algo.

La ambulancia no tardó en llegar, el tuvo que irse con el menor al hospital mientras la policía patrullaba la zona para arrestar a ese joven, que por cierto no habían encontrado hasta ahora.
Lo llevaron de emergencia al hospital central de Japón, le mencionaron que estaba bastante grave, pero que harían lo que estuviera en sus manos para intentar salvar su vida.

Ahora estaba preocupado, tal vez no conocía al chico personalmente, pero saber que le pasó algo como eso era verdaderamente doloroso, incluso para el que no lo paso.
Lo que más odiaba era saber que el imbécil que le hizo todo eso no había sido encontrado, y era bastante molesto saberlo.

El sonido de su celular lo saco de sus pensamientos, lo saco de su bolsillo y al ver el nombre sintió algo de duda en responder, pero vamos... Era el que estaba interesado en Shoto desde hace mucho, no podía hacer nada al respecto con eso.

→ ¿Bueno?...

Keigo, han pasado 2 horas. No me digas que sigues ahí de metido ←

The perfect daddy;   DabiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora