Final

255 21 6
                                    

- ¡Por dios Dabi! –su frustración estaba clara. Sus ojos estaban llorosos y el anteriormente nombrado simplemente se mantenía sentando en la orilla de la cama, mirándolo con serenidad.

- ¿Cómo te fue en la escuela? –fue lo único que salió de sus labios. Haciendo una leve mueca de dolor por los golpes en su rostro.

Shōto se acercó rápidamente a él, mirándolo más que preocupado por los presuntos golpes y heridas que su pareja tenía en el rostro y cuerpo.

- ¿¡Es que eres idiota!? ¿¡Por qué no aceptaste en ir al hospital!? –quería darle un golpe a Dabi por tan inconsciente hombre que es, pero ahora mismo no estaba en las mejores condiciones para hacerlo.

- Solo es un rasguño –refunfuño entre dientes un poco molesto, pero lo que menos quería era preocupar más a Shōto ahora.

- ¿Un rasguño? –repitió Shōto, sintió un tic en su ojo–. ¿¡Dices que todo eso es un puto rasguño!?

- Shōto... –el otro no le respondió. Con el ceño fruncido se aparto de él y salió de la habitación, azotando la puerta, dejando claro su coraje.

No quería seguir llamando la atención. Pero no accedió a ir al hospital por esa misma razón. Si alguien se enteraba que estaba en ese estado justo ahora muchos podrían atacarle, peor aún. Secuestrar a su pareja y el no estaba en las mejores condiciones que digamos para salvarlo.

Nuevamente escucha unos pasos desde el pasillo. Antes de que la puerta de la habitación se abra y el bicolor apareciera por ella junto a su amigo rubio rizado.

Entonces ya sabía quién fue de chismoso.

- Iremos al hospital aunque no lo quieras. –La voz del menor salió más demandante y agresiva, haciéndolo sentir un poco mal.

- No necesito ir. –Gruño en respuesta, mientras terminaba de colocar el vendaje alrededor de su torso, un poco manchado de sangre.

- Así como a ti no te importa lo que yo sienta al verte así a mí tampoco me importa si quieres ir o no. –Fue su corta respuesta, la que lo hizo sorprender un poco por la dureza en sus palabras y lo poco amistosas que sonaron.

Keigo solo le observó con cierta burla, pero incluso se quedó callado. Simplemente se colocó a su lado, ayudándolo a levantarse y pasando un brazo por su cintura y el otro por su cuello, ayudándolo a poder caminar, bajando directamente al patio de la mansión dónde ya estaba la camioneta del rubio rizado que se había ofrecido a llevarlos al hospital, después de todo era su amigo el que estaba así de mal.

Terminaron por dejar a Dabi en el asiento del copiloto y Takami de conductor, siendo Shōto el que se sentó en el asiento trasero, manteniéndose en silencio y hablando de vez en cuando con Keigo, menos con él.

Sabía que estaba molesto. Jamás le ignoraba y ahora lo hacía, ni siquiera lo miraba y solo respondía a las preguntas de Keigo, pero a él lo ignoraba.

Lo miró por el retrovisor un momento y cuando sus miradas se encontraron se mantuvieron en contacto unos cuantos segundos antes de que Shōto le evitará la mirada de nuevo.

Dejo de insistir luego de ver qué de verdad, Shōto no iba a responder a sus llamados o preguntas. Aún cuando estaba en estado crítico el menor ni siquiera hacia caso a sus llamados o quejidos de dolor, simplemente como si no existiera para él.

Terminaron por llegar al hospital casi a los cinco a diez minutos. Los enfermeros llevaron inmediatamente a Dabi al quirófano, lo que hizo preocupar aún más al par que estaba fuera en la sala de espera, para saber sobre su condición.

Shōto sentía que no aguantaría más. Si Dabi seguía llegando así a su hogar él no iba a soportarlo más. Quería una vida calmada y tranquila con su pareja. No quería estarse preocupando todo el tiempo por él, pero el azabache parecía no tomar en cuenta su opinión.

The perfect daddy;   DabiTodoWhere stories live. Discover now