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Dejo su cabeza en el hombro del azabache, mientras miraba la pantalla con tranquilidad. Ya era de noche y no podían salir con las criaturas nocturnas, sería algo peligroso y muy inconsciente de parte del ojiturquesa. Optaron por ver una película de terror, aunque ya empezaban aburrirse, y Shoto comenzaba a quedarse dormido.

—¿Por qué no te vas a dormir?—El bicolor nego con la cabeza, ocultando su rostro en el cuello del mayor—

—Quiero quedarme un rato más contigo...—Dabi no dijo nada al respecto y solo dejo que Shoto descansará en su hombro mientras el miraba la televisión un rato más—

Paso un brazo por los hombros del menor y lo apego a su pecho, mientras acariciaba con suavidad la delicada piel a su disposición.
Cuando por fin vio al menor completamente dormido decidió llevarlo hasta su habitación para que descansará, lo cargo con cuidado y lo subió hasta su habitación, subiendo con cuidado las escaleras procurando de no lastimarlo y llevando al bicolor hasta la cama para recostarlo teniendo cuidado de no despertarlo.

Cuando trato de irse pudo sentir las manos del menor aferrarse a su polera de dormir, lo miro creyendo que estaba dormido pero no, el crío estaba bastante dormido a su parecer, aunque estaba bien sujetado de su polera.
Trato de zafarse del agarre, pero fue inútil, tampoco quería despertar al menos por lo que no le quedó de otra más que recostarse a su lado quedando frente a frente con el menor.

El techo era de cristal, se podía notar perfectamente el cielo nocturno, adornado con las estrellas y la luz lunar alumbrar a ambos. No era molesta, si no más bien daba una tranquilidad increíble.
Podía observar perfectamente como el rostro de Shoto era iluminado a la perfección, marcando sus facciones, sus pestañas, era bastante lindo a decir verdad.

Acarició su mejilla suavemente, viendo lo adormilado que se encontraba el menor. Miro con más detenimiento el sereno rostro de su baby, y no pudo sonreír de medio lado al ver lo hermoso que era, se acercó más a el y paso sus brazos por la cintura del menor.
Era cálido, incluso estuvo seguro que la manta no era necesaria, pues el monocromático se acurrucó en su pecho y aflojó su agarre en la polera del mayor. Pero Dabi ya no se iría, no después de que ambos ya estaban bastante cómodos.

Cerró lentamente los ojos hasta que el sueño le venció y termino completamente dormido.
Era la primera vez que ambos dormían juntos, y los dos podían jurar, que era la primera vez que dormían tan bien.

[…]

Por la tarde fue un lío sacar a Shoto de la cabaña, solo porque el crío dijo que un oso podía atacarlos, o podían encontrarse un duende.
Al principio le pareció absurdo, pero después recordó que estaba hablando con Shoto, el crío más exagerado y miedoso del mundo, así que si, esas ideas se desaparecieron de su mente.

Después de un rato logro convencer al menor que solo irían a dar un paseo cerca, que no se alejarían mucho, y después regresarían, por fin logro convencerlo, y le dijo que llevará su traje de baño y ropa extra.
Prepara una pequeña mochila, ya que sabía caminarían un rato según Dabi, llevo unas botellas de agua y por fin salieron de la cabaña.

Pasaron unos minutos, unos largos minutos para Shoto que de tanto caminar sentía que iba a desfallecer, lo único que lo hacía seguir eran unas simples palabras que el azabache le decía;

—Si te quedas aquí te comerá un oso—

—Si claro. Tu me dijiste en la cabaña que aquí no ahí osos—Se burló, sentándose en un tronco cercano a tomar un respiro. Estaba dispuesto a quedar ahí—

—Dije cerca de la cabaña ¿Te das cuenta que ya no estamos nada cerca de la cabaña?—Le menciono con una media sonrisa, metiendo las manos a sus bolsillos y mirándole con gracia—

The perfect daddy;   DabiTodoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant