4

1K 64 73
                                    


Gavi's POV

Hoy me lleva Ferran a entrenar, llevo preparado desde hace unos 20 minutos esperando a que me avise. De mientras miro mis redes sociales.

— "Gavi sal, en dos minutos llego" — Veo la notificación del mensaje y voy a por mi bolsa de entreno.

Veo a Ferran llegar, me subo y conversamos. Cuando llegamos al campo, me guiña un ojo antes de entrar a los vestuarios, dándome a entender que moleste a Pedri.

— Buenas chicos. — Digo, todos me devuelven el saludo, incluido Pedro.

Hay bastantes sitios libres, normalmente la bolsa la dejo cerca de la de Ferran, pero al ver que la de Pedri está muy sola, voy cerca de su sitio. Él se está poniendo las botas, me mira raro al ver como dejo las cosas a su lado. Simplemente le doy mi mejor sonrisa.

— ¿Te molesta Pedri?

— No, para nada, ah, y para ti Pedro. — Me responde con calma, aunque un poco tenso. Me levanta la mirada y las cejas, sus ojos describen una sola palabra: irritación.

— ¿Y a estos dos que les pasa? — Le pregunta Fermín a Ferran. Araujo asiente con la cabeza, también interesado por el tema.

— Os lo explico de camino a fuera. — Dice incitando a que se queden ellos dos solos en el vestuario. — Bueno, le dije a Gavi ayer que empezará a molestar a Pedri, que lo sacara de sus casillas. Resulta que el amargado de Pedro hizo un trato con Gavi y que a partir de hoy se iban a hablar normal. Pero yo no quiero que esto acabe aquí, ¿Me entendéis no?, así que se me ocurrió decirle eso.

— Como te quiero Ferran. — Dice Araujo. — Hacía tanto que no pasaba algo interesante en el equipo. Pedri acabará furioso y seguro que nos burlaremos de él por mucho tiempo. — Menciona mientras agarra de los hombros a sus dos amigos.

Pedri's POV

¿Que cojones hace el niñato sentándose a mi lado? Le dije que le hablaría, no que podía literalmente robar mi espacio personal. No quiero rebajarme a su jueguito "Misión sacar a Pedri de sus casillas mientras entrenamos".  Así que ahora buscaré lo más rápido que pueda la rodillera de Fer y saldré al campo.

— Bueno, Pedrito, ¿No te aburre de verdad estar siempre así? ¿Como lo diría, amargado?

— Muy gracioso renacuajo, se nota que tienes 17 añitos.

La sala se inunda con un leve silencio y veo como se levanta del banco. Cuando pensaba que se iba ya con los demás me doy cuenta que solo se ha levantado para ponerse delante mía.

Levantó la mirada y me encuentro otra vez en la misma situación que el otro día. Un niño con unos ojos café profundos que con tan solo mirarlos me hipnotizan.

— ¿Sabes, Pedri? — Me murmura Pablo, acercándose un poco más a mi, solo me fijo en sus ojos brillantes y trago un poco de saliva. —Estas muy tenso, ¿No crees? No te vendría mal, bueno, ya me entiendes.

Frunzo el ceño, desconcertado por la conversación que estoy teniendo con él. — ¿A qué te refieres? — Pregunto con un tono desconfiado.

El pequeño sigue dando pasos hacia mi. No estoy entendiendo nada, intento moverme pero no puedo, quiero saber como acaba esto.
Se detiene a escasos centímetros, rozando mi cuello, noto como sus labios tocan ligeramente el inferior de mi oreja. — Nada, nada, se que me has entendido. — Me dice con una sonrisa traviesa. — Ah si, la rodillera que buscabas ya la ha sacado Ferran al campo, luego te la da creo.

¿Que acaba de pasar? ¿Porque ha terminado diciéndome lo de la puta rodillera? Un escalofrío recorre todo mi cuerpo pero no voy a dejar que la conversación acabe así.

— No caeré en tu trampa Gavira, que lo sepas.

— Como tu digas, Pedrito. — Me dice mientras se dirige al campo, guiñándome un ojo. No entiendo el por qué una tonta conversación ha acabado de esa manera. Noto mi corazón acelerado y no entiendo el porqué, eso solo me suele pasar antes de un partido o cuando estoy a punto de hacer algo con alguna chica que me encuentro de fiesta.

Se que Xavi me echará la bronca en cuanto salga al campo porque he tardado más de lo normal, pero necesito refrescarme, es prioridad. Se me han quedado las orejas rojas y siento una calor extrema en las mejillas.

Salgo unos 10 minutos tarde y Xavi se cabrea conmigo, me dice que cuando acabe el entrenamiento que me quede, que tendrá una charla conmigo.

No me he podido concentrar en todo el entreno, lo único que me pasaba por la cabeza era notar su cuerpo tan cerca al mío, y el roce de sus labios en lo que era casi mi cuello.

— Vale chicos, a las duchas. Por hoy ya estamos. Pedro, tu no.

Suspiro y me acerco al mister sabiendo la bronca que me espera. — Perd... — Intento justificarme antes de que me empiece a chillar pero me hace parar.

— No te voy a decir nada de eso, te veo perdido chaval, como si tu cuerpo estuviera aquí pero tú mente en otra parte del mundo. ¿Necesitas hablar Pedro? Me tienes aquí para todo. ¿Es la rodilla? No te lo calles, ya viste como acabo hace unos meses.

— Ah no, no es eso Xavi, tranquilo. Llevo unos días que no puedo dormir bien. La rodilla de momento perfecta, alguna molestia de vez en cuando, pero me dijo el fisio que es normal los primeros meses.

— Vale, hoy vete a dormir pronto. Mañana te quiero aquí a la hora indicada, no quiero castigarte haciéndote condición física otra vez.

— Gracias Xavi por preocuparte. — Le doy un abrazo y intento irme.

— Ah Pedri, una cosa. Tema Pablo, ¿Estáis bien? Se que no habéis hablado mucho desde que ha llegado pero hoy os estabais mirando mucho y no de la mejor manera. Me da pena porque siempre te había visto como un tío súper extrovertido y capaz de integrar a la gente rápido y cuando entró el pequeñajo de Gavi no congeniasteis muy bien.

— Bueno, el otro día discutimos en entreno, pero en casa de Ferran lo arreglamos. Cosas de adolescentes, estara un poco rencoroso, ya sabes como es.

— Bueno va, no te como más la cabeza. Cualquier cosa aquí me tienes, ¿Vale? — Me recalca esa información y me choca las manos.

Cuando llego al vestuario veo como casi toda la gente   se ha ido, no me apetece mucho ducharme en ese vestuario recordando lo que había pasado horas antes, aunque Gavira ya no está ahí prefiero que, por lo menos, sea capaz de tomarme una ducha larga y tranquila en mi casa.

Ha sido un día un poco raro, pero no voy a dejar que Pablo Martín Páez Gavira me gane a un jueguito infantil, si va a jugar a eso a partir de ahora, que sepa que yo también se jugarlo.

Mientras el agua de la ducha caliente cae sobre mi cuerpo, empiezo a recordar otra vez esos labios. Unos labios cremosos, curvados en una sonrisa despreocupada, definidos, atractivos, pero sobretodo besables. Los imagino cerca de mis labios, o de mi cuello como lo estaban hace unas horas. En un momento inesperado noto como mi parte íntima se endurece y se me eriza la piel. Lo que estoy haciendo me parece desagradable y empiezo a pensar en otras cosas. ¿Como voy a estar pensando en los labios de la persona que más odio le tengo esta temporada?
La ducha tranquila y relajante que estaba teniendo acaba siendo una pesadilla, así que salgo de ella y me pongo mi pijama, para simplemente tomarme una larga siesta para no seguir pensando en todo esto.

AYAYAY que poco le ha durado a Pedrito esto de hacerse el duro, ya veréis como sigue todo esto en nada!!! Dice que va a seguirle el juego y que lo hará mejor que él, a ver si es verdad... 😋

¿Por qué me odias? | GadriWhere stories live. Discover now