CAPITULO 10

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Tan solo una frase me hizo recordar absolutamente todo. 

 —Bienvenida a la Legión Vladimoff, chiquita...–no lo dejó terminar 

 —Me largo– me doy media vuelta para irme, pero ve a  Antonio apoyado en toda la puerta.

 —Lamentablemente, por el momento no puedo cumplir ese requisito– escucho su silla moverse y yo aun mirando a Antonio solo le pido que me deje salir, pero en lo profundo de mi ser se que no lo va a hacer. 

 Escucho sus pasos acercándose, mientras yo me lleno de valor para girarme para verlo. Me niego mucho que sea, él no puede ser la sombra que tanto trate de olvidar. 

 Me doy la vuelta de nuevo y lo veo a unos metros de mí, que después de unos minutos pasan a ser centímetros. Se acerca despacio, hasta que llega a mí trato de tocarme, pero la mano de Antonio se lo impidió. Un solo movimiento y obtuvo toda la atención de la persona delante de mí.

 —Está asustada, dale espacio al menos – trato de decir Antonio mientras quita el agarre que tenía en la mano del otro. 

 Solo se miran, mientras yo me giro para murmurar un gracias a Antonio, la verdad no sé cómo yo hubiera reaccionado si él me hubiera tocado o acercado más. El pensar en todo lo que pase esos meses, esas semanas, solo son en pensar en todo a la vez... 

 Se aleja un poco y se acerca al bar para servirse lo que parece whisky

 — Como dije hace un principio, bienvenida a la Legión Vladimoff– dice de una manera lenta mientras se lleva el vaso a los labios— Me llamo Angelo Vladimoff 

 <<En serio Ali me quería traer donde mi propia sombra, donde mi propia pesadilla...>>

 Como dije al principio, este es el principio de mi propio infierno. Acto seguido veo a Antonio sentarse en unas sillas cerca del escritorio de Angelo mientras yo solo me quedo procesando muchas cosas a la vez. Mientras ellos hablan animadamente como si yo no estuviera a nada de estar en un colapso nervioso.

 — Ten tus 20 dólares — dice Antonio dejándole el dinero en el escritorio, mientras Angelo solo sonríe con arrogancia En serio apostaron para saber si sabía algo o no.  

En serio apostaron para saber si sabía algo o no.

 Dios en que me metí, aunque viéndolos bien, al menos son atractivos. 

 Angelo Vladimoff traje a la medida, ojos negros como la noche, cejas pobladas y unos labios delgados; mientras tanto Antonio Vega se ve más cliché cabello chocolate, ojos azules, cejas pequeñas y labios medianos, trae por el momento jeans anchos con una camisa negra abierta en los dos primeros botones, pero él tiene algo en particular un collar de una cruz... 

Al sentir la mirada de Angelo me doy cuenta de que parezco una maniática al verlos de esa manera, así que solo salgo de mis pensamientos, para volver a tomar el hilo de su conversación.

 — Antonio, dile a alguna de las empleadas que prepare su cuarto y sus cosas – es todo lo que dice para que Antonio se ponga de pie para empezar a cambiar hacia la puerta. Antes de pasar a lado mío, solo me susurra un hasta luego princesa y desaparece detrás de las puertas.

 —Angelo, ¿Dónde está mi familia? – es lo primero que me atrevo a preguntar y él solo me mira con detenimiento. 

 —Todas tus dudas te las responderé en su momento. 

 <<Mi vida está entre un hilo y él en verdad piensa que tengo más tiempo>> 

 En fin, hombres.

 —Tenemos mucho que hablar Alexa, se que tienes muchas preguntas, pero por el momento ve a cambiarte ya descansar, acabas de llegar del hospital. 

 <<Eres pendeja o te haces>> 

 <<Si me niego, capaz y me maten así que mantente callada que así te ves más bonita.>> 

 No le respondo a lo que dice, solo lo hago y ya. 

A ver que otra opción me queda, no los conozco, mejor dicho no conozco a nadie y en estas 24 horas solo han pasado cosas que están volviendo solo han revuelto mis recuerdos. 

Lo veo levantarse y acomodarse la camisa para empezar a caminar hacia la puerta, abre la puerta para mí para que pase, para continuar caminado por las escaleras a la derecha que estaban a un lado del ascensor, todo el camino estuvo rodeado de un silencio, mientras yo observo cualquier detalle del tapiz de la pared o de sus colores.

 Al llegar a la planta de arriba solo pude observar cinco habitaciones y al final del pasillo otras escaleras y un pequeño ascensor en la esquina. Caminamos hasta la habitación del medio y él la abre, mientras me deja entrar primero y seguido a eso escucho la puerta cerrarse.

 —Alexa, sé que tienes miedo, pero en verdad chiquita, espero que al menos tú no me traiciones. – dice tan lejos, pero tan cerca a la vez. 

 — ¿Por qué te traicionaría?— le respondo para darme la vuelta y mirarlo

. — Porque aún no conoces toda la verdad y ya me estás mirando como si fuera el demonio de tus pesadillas— se acerca de a poco y continua, mientras yo solo trato de analizar cada palabra– así como te dije alguna vez los villanos no siempre son lo que crees, ellos también pueden tener alas. 

 — No te entiendo. – le trato dar a entender que no entiendo absolutamente nada de lo que está pasando, pero él solo esquiva mi respuesta. 

 — Me gustaría quitarte el dolor y la agonía de tu pasado, pero si me quedo con el tuyo, ¿quién se queda con el mío? 

 A veces nos arriesgamos tanto sin ninguna razón en específico, pero a veces traicionamos por amor o por avaricia.

 —Todos nos hemos vendido por algo, Alexa. 

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Holiii hermosuras

Yo soy fiel, creyente de que Angelo no le va a hacer nada o al menos eso espero...

Todos nos vendimos por una mentira, por un amor no correspondido y por una venganza.

No sé que le espera, pero tiene que sobrevivir, así como todos en algún punto lo hicimos. 

Besitoss

Antes de que paseWhere stories live. Discover now