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| tercera persona.
lando norris.

Gran Bretaña.

Jueves, 19:45.


el chico arreglaba su costoso traje de dos piezas, se debatía entre abotonar el saco o dejarlo así, no veía mucha diferencia y él sabía que el resultado sería el mismo: le dirían lo bien que se ve.

su madre entró a la habitación y al verlo sólo entrecerró los ojos, él los rodó harto de la situación que no llevaba ni diez segundos.

—sugiero que lo dejes suelto, hijo.— murmuró ella.

él la miró y alzó una ceja.

si bien eran conocidos por ser una de las familias más ricas del país, también se les conocía a los señores por su atractivo y desagradable hijo.

no era una mala persona, no era feo. era todo lo contrario, un hombre atractivo, joven, rico y no necesariamente por el dinero de sus padres.

era un joven codiciado pero era irrespetuoso, grosero y no tenía una buena relación con ninguno de sus dos padres. llevaba la contraria a cualquier cosa que le dijeran y no respetaba, sobre todo, a su madre.

era ambicioso, egocéntrico hasta cierto punto y era alguien exigente. no se juntaba con cualquiera persona, tenía sus amigos los cuales también venían de familias ricas.

—entonces lo abotonaré.— le respondió él.

ella suspiró y se acercó sin ponerse directamente frente a él.

—lando, suelto se te ve bien.— dijo ella.

—cerrado se me ve mejor.— murmuró él.

su madre sólo pudo suspirar nuevamente y se encaminó de nuevo a la puerta.

—ya baja, si demoras más llegaremos tarde.— dijo y desapareció.

él sólo suspiró y se colocó un reloj rolex en la muñeca izquierda y un perfume no tan llamativo. Se puso unos sofisticados lentes, una cadena corta para que luciera con sus dos botones abiertos de la blanca camisa y tomando su teléfono celular, salió cerrando la puerta de su habitación.

bajó las inmensas escaleras de la mansión y salió por la puerta principal, admiró el precioso mclaren 765lt spider hecho de fibra de carbono azul y acariciando la puerta, entró.

arrancó detrás del rolls royce de su padre y la ligera brisa fría movía su cabello suavemente sin despeinarlo mucho.

todo el mundo sabía de él, todos se movían si él llegaba, todos se callaban si él hablaba.

toda cosa, persona y organismo se movía ante su palabra, tenía más poder que el de su propio padre y aunque él mismo lo sabía, no se aprovechaba de eso... aún.

su celular marcaba las 19:56 y fue entonces cuando estacionó su auto junto al de su padre en el enorme, pero pequeño para él, patio de la mansión a la que fueron invitados.

salió y suspiró. la familia fue guiada y su madre iba del brazo con su esposo, él los seguía desde atrás pero mantenía la cabeza en alto.

lando norris era alguien muy intimidante si se lo proponía, no bajaba la cabeza ni con sus propios padres. nunca lo había hecho.

llegaron a una habitación grande en la cual estaba la mesa en la que cenarían con la familia que los invitó.

todos se encontraron de pie y se saludaron, sin embargo lando frunció el ceño y cuando estuvieron sentados sólo preguntó:

silence: háblame | lnWhere stories live. Discover now