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doble narrativa.

| primera persona.
rain mirren.

Gran Bretaña.

06:23

abrí los ojos y me enderecé de golpe, apreté los labios con fuerza al sentir el inmenso dolor en mi cuerpo.

el pitido en mis oídos desapareció cuando los golpes en la puerta se hicieron presentes, la miré sin más.

abrí los ojos poco más de lo normal, todos estaban ahí, todos los chicos ahí incluyendo a lando. pegaban a la puerta y yo al querer levantarme sólo conseguí caer nuevamente.

tapé mi cara, quería gritar, me senté gritando mi cuerpo y pude ver a lando agachado del otro lado de la puerta.

—abre la puerta, rain, abre la puerta.— decía.

fruncí mi ceño con dolor.

negué nada más, no podía hacerle esto a ellos, pero ya estaba hecho.

me di vuelta y apoyándome en los sillones me puse de pie, tengo que salir de aquí. abrí el ventanal y con toda la fuerza de mi débil y lastimado cuerpo salí al gran jardín.

ellos sólo golpearon más la puerta y fue cuando alguien llegó con un alfiler que decidí que tenía que correr.

mordí mi labio y lo solté, me dolía, hasta parpadear me dolía.

rodeé la casa y pude ver la decoración de la casa, era una red llena de plantas. miré a mi alrededor, sus voces se escucharon más fuertes y me monté en ella, cerré los ojos con fuerza.

por Dios, esto duele como el infierno. agaché mi cabeza procesando el dolor y me trepé en la red.

si llegaba a la cima llegaría a la ventana final del pasillo, se ahí podría entrar y llegar a mi habitación. llevaba ya unos 4 metros cuando pude ver a erick aparecer.

—¡rain!— me gritó, sólo seguí subiendo.— ¿qué carajo haces?

no lo miré, abrí la ventana y entonces me movió la red, lo miré mal.

—¡rain!— me gritó ahora pierre. —¿qué te sucedió?

cerré los ojos y logré abrir la ventana, me quejé cuando el marco de ella apretó mi abdomen.

caí al suelo del pasillo y me levanté al instante, sonreí.

—¡a su habitación! ¡va a su habitación!— gritaron y oí pasos en las escaleras.

bueno, inmensas escaleras, ganen tiempo para mí.

corrí a mi puerta y la abrí, entré y al quererla cerrar, lando apareció ya en el pasillo, nos miramos unos segundos y reaccionó como yo también, que cerré la puerta y puse el pestillo.

—rain...— me llamó con poca calma.— abre la puerta, ¿quieres?

me di la vuelta ignorando su voz y entré al baño, llené la tina y comencé a desnudarme, me sentía tan sucia.

silence: háblame | lnWhere stories live. Discover now