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| primera persona.
rain mirren.

Gran Bretaña.

09:23

abracé mis rodillas.

yo quería dormir con lando, pero tampoco quería.

y como resultado de tremendo debate no pude dormir en toda la noche. me levanté incontables veces directo a la puerta pero jamás llegué a abrirla.

exhalé, me levanté y me miré al espejo, okey, las ojeras no son muy notorias pero tendré que hacer unos ajustes.

la verdad, me asustaba el hecho de que lando se enterara de los golpes, y por más que traté de ocultarlos no pude, una parte de mí quería que él los viera.

mordí mi labio, vamos rain, no te harán nada si hay alguien en casa.

me giré y con toda mi fuerza de voluntad me acerqué a la puerta y salí por ella. me frené en seco, cara estaba ahí parada, en las escaleras, me miró con una ceja alzada.

mamá dijo que no está mal. papá dijo que es mi prometido y aunque no lo sea, él lo dijo.

bajé la cabeza en saludo y corrí a la habitación de invitados.

seguro sigue dormido, es muy temprano aún, el sol ya ha salido pero el día amaneció nublado, no hay mucha luz del sol y el aire fresco, bastante fresco, hace que dé un poco de frío.

abrí la puerta con la mirada en el piso y la cerré detrás de mí cuando estuve dentro, la levanté y pude ver su cuerpo aún acostado.

estaba de costado en una de las orillas de la cama, uno de sus brazos parecía una almohada más y el otro sólo estaba ahí.

me quedé unos segundos en la puerta, ¿será correcto acercarme? rasqué algo nerviosa mi cuello. ya decidida caminé de puntitas.

puntitas, puntitas como diego. me acerqué a él y me puse enfrente, estaba dormido en efecto y volví a caminar al final de la cama.

¿qué hago aquí, para empezar?

jalé mi cabello, necesito una respuesta creíble por si me pregunta, oh, ¿qué voy a decir? bueno, cálmate rain, sigue dormido.

lo miré, un suspiro salió de él y sus brazos se movieron alejando un poco la sábana. pasé saliva y asentí, está bien, vamos a fingir que no me temblaron las piernas al ver que no trae camisa y ver sus bien formados brazos.

miré la pared. oh, que bonita pared color blanco. es un color armonioso, que interesante, jamás lo había notado.

abaniqué mi rostro, lo sentía caliente, inhalé y exhalé aire varias veces, cualquier cosa salgo de la habitación. sí.

me agaché a ver el estante donde estaba la televisión que erick había traído cuando comenzó a quedarse aquí cada vez que lo corrían de su casa. revisé los cajones y entrecerré los ojos con la boca abierta.

ese animal trae cigarros a mi casa, había muchas cajetillas ahí.

—¿rain...?— dijo su grave y somnolienta voz.

silence: háblame | lnWhere stories live. Discover now