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| tercera persona.

Gran Bretaña.

20:20

rain abrazó el cuello de lando para una mayor comodidad mientras seguía besando sus labios.

una de las manos de él estaba dentro de su blusa acariciando su piel directamente en su cintura, la otra aplastaba el cuerpo de la chica hacia el suyo.

ambos estaban solos en la casa de lando, estaban besándose y rain experimentaba cosas nuevas como el deseo sexual.

aunque no tenía viagra en su sistema.

ella jadeó en los labios de él cuando lando apretó con poca suavidad el trasero de ella.

lando se sentía desesperado, ansiaba probar su cuerpo, más allá de sus labios y desear que ella se entregara a él, aún así, respetaría si ella dijera que no.

rain jaló tanto aire cómo pudo cuando los labios de lando viajaron desde su boca hasta la delgada piel de su cuello, succionando, mordiendo y dejando húmedos besos.

rain se sentía en las nubes, nunca había sentido algo así de satisfactorio para ella. se sentía estimulada, pero claro ella no lo sabía, se sentía húmeda y no tenía idea de por qué.

sus manos se movieron a la espalda y el cabello de lando, ella miró la terraza que yacía detrás de ellos.

las puertas eran como espejos, no era un balcón, era un lugar privado pero que tenía aire libre. las ventanas contenían los reflejos de ellos y ella podía verse con lando.

veía cómo apretaban sus cuerpos el uno con el otro, el como sus labios se unían, ver cómo los labios de él se aferraban a su piel. y se sentía bien, ella sentía que alguien la quería no sólo con un cariño puro.

su cabeza se echó hacia atrás cuando el placer llegó a sus dos pequeños senos, las manos de lando subieron un poco y él alejó su rostro, la miró entonces.

-dime qué puedo, por favor.- murmuró .

ella sólo pudo asentir. también lo quería.

los dedos de lando alzaron con cuidado la ligera blusa sobre el cuerpo de rain, la retiró y admiró el bonito sostén con encaje en los bordes.

era de un rosita pastel, lo que hizo que ella se sonrojara y bajara la cabeza.

algo se le paró a él, y no fue el corazón.

alzó su rostro y rain pasó saliva, mordió su labio ante el nerviosismo.

sin embargo, no se quedó atrás. también tomó los bordes de la camisa de lando y la alzó. él, encantado, se la quitó para volver a besarla.

las manos de lando bajaron a las piernas de rain para cargarla y así encaminarse a una habitación, precisamente la que estaba abajo.

ella volvió a jadear y sus dedos se enredaron en las hebras del rizado cabello de lando.

él abrió los ojos y bajó a la chica de sus brazos, ella se sintió tímida nuevamente cuando oyó la puerta abrirse.

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