.28.

491 34 16
                                    

| primera persona.
rain mirren.

Gran Bretaña.

13:43

pasé saliva por quinta vez en el mismo minuto.

estábamos en un gran campo de golf, a mí me llamaba mucho la atención el deporte, sin embargo no lo suficiente como para aprender a jugarlo. me emocionaba verlo nada más, o bueno... verlos jugar.

esteban estaba a mi lado mirándome muy fijamente. es el precio que tengo que pagar porque no le dije que lando es mi novio, tampoco puedo decírselo así como así porque es el único ajeno a que yo puedo hablar.

lo miré algo nerviosa porque no dijera alguna palabra.

—eres muy bonita.— murmuró cuando conecté ojos con él.

él está cavando su tumba solito.

alcé las cejas y sonreí amable pero le indiqué silencio cuando de reojo vi como los chicos se acercaban.

—oye, ¿no vienes?— le preguntó charles guiñándome un ojo disimuladamente.

agradecí que viniera.

—no, me quedaré con rain. —le respondió bebiendo de la botella en su mano.— nadie está aquí con ella y eso es grosero.

rodé los ojos mirando a otro lado para que no se notara, su caballerosidad no era bienvenida en este momento.

'vete a jugar.' dije aunque no me entendiera.

—sí...— dijo charles.— ella tiene razón...

claramente no entendió lo que yo dije.

—¿quieres que vaya?— me preguntó esteban.

oh, por favor, no seas intenso ahora.

asentí restándole importancia al asunto, él asintió sin más y se puso de pie, me señaló y detrás de él vi a lando.

si yo fuera esteban, no me diría que soy bonita.

—vamos, vamos. el joven lando quiere hablar contigo. —le dijo chales con tono burlón al tiempo que lo jalaba hacia el campo.

—¡le ganaré a lando sólo por ti!— asentí sonriendo despidiéndome con la mano.

ah, pobrecito.

no creo que pueda ganarle a lando, por lo que he visto, gana más dinero en sus apuestas aquí que en cualquier otro lugar.

quité mi sonrisa cuando se giró y volví a ver la revista en mi mano, había una caja llena de botellas de quién sabe qué a mi lado, estaban tan frías que podía verlas escurrir desde mi silla.

mordí mi labio levemente recordando lo que pasó en el hospital.

¿qué hacía trevor aquí? no encuentro una verdadera razón para que lo haya traído, dijeron que la reina de francia ya tiene a su heredero, no entiendo para qué me querían a mí.

aunque el asunto con trevor terminó un poco mal, entre nosotros acordamos que esto no era lo que queríamos, y eso a mi padre le enfureció tanto que lo envió de vuelta a francia, aún así no pudo ni podrá hacerle algo porque si llegase él a tocarlo, estaría amenazando a la corona francesa y eso acabaría muy mal.

—¡ésta va para ti, rain!— me gritó esteban y levanté la vista sin ponerle real atención.

también quería saber sobre cómo estaba mi mamá, no me gustaba la idea de que ella se quedara con mi padre.

silence: háblame | lnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora