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| primera persona.
rain mirren.

Gran Bretaña.

15:03

¿me besó? sí, lando me había besado.

hace horas, pero lo había hecho.

y no sé si estaba bien o mal el hecho de que quería más, de que me arrepentía de haberlo empujado pero es que estaba asustada.

jamás en mi vida me habían besado en los labios. lando fue el primero.

la puerta de mi habitación sonó y la miré.

-oye, ¿ya piensas salir? lando se está matando vivo pensado que ahora lo odias.- dijo erick.

pasé saliva, ya me había cambiado, traía unos jeans negros y una playerita con flores rojas. apreté los labios y abrí la puerta.

-ya era hora, ve a besar a tu príncipe, yo voy a dormir a mi habitación.- murmuró estirándose con sueño.

sólo asentí y lo vi caminar a la habitación de invitados.

tomé aire y bajé las escaleras, en efecto lando estaba sentado en uno de los sillones, sus codos estaban recargados en sus piernas y tomaba su rostro. me sentí mal, quizá reaccioné mal.

me acerqué silenciosamente y cuando estuve frente a él y me miró, sólo quise besarlo, besarlo de verdad.

abrió la boca para hablar pero hice seña de silencio con un dedo en mis labios, acaricié su rostro y me senté en sus piernas a horcadas de él.

su rostro expresaba sorpresa, confusión y quizá nerviosismo, pero le gustaba.

Pasé mis manos por detrás de su cuello y sus manos tomaron distintos caminos, una se detuvo en el muslo de mi pierna y la otra en mi cintura.

-pensé que eras tímida.- susurró.

rodé los ojos sonriendo y me acerqué a sus labios, sus manos apretaron ante la corta distancia y miré sus ojos, estaban puestos en mí y sonreí.

entonces lo besé y me correspondió con intensidad, mis labios se abrieron y dejé que él metiera su lengua, todo esto era nuevo para mí pero había visto como erick se besaba con sus chicas. no era tan tonta.

acerqué mis caderas a él y suspiré cuando su mano apretó fuerte mi pierna, pero no me molestó.

a los segundos, la falta de aire comenzó a ser un problema y me vi en la necesidad de empujar su pecho suavemente.

vi sus labios rojos, hinchados y con pequeños brillitos, sonreí, seguro los míos estaban igual. con la manga de la blusa los limpié y él se dejó caer en el sofá, suspirando.

-no te conocía así.- musitó.

'no me conoces.' le quise decir.

sólo levanté mis hombros y lo miré.

es que, lando es muy guapo. pasé saliva y desvié la mirada, él frunció el ceño y se enderezó.

silence: háblame | lnWo Geschichten leben. Entdecke jetzt