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Sara miraba a Franco un poco confundida, lo último que se le había pasado por la cabeza es que a éste se le ocurriera preguntar algo tan

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Sara miraba a Franco un poco confundida, lo último que se le había pasado por la cabeza es que a éste se le ocurriera preguntar algo tan... Ridículo.

Sara usted... Mmh ¿Quiere a Fernando? ¿Está enamorada de él?

¿Cómo le decía a él que al único hombre que amaba era el mismo que siempre le recordaba una y otra vez lo insípida que era?

Lo amaba y era doloroso tener esos sentimientos no correspondidos por él, no odiaba como tal sus sentimientos por Franco, todo lo contrario... Para ella era un soplo de vida, como dicen muchos, ese amor le estaba mostrando una nueva cara de la moneda. Era delicioso ese cosquilleo en su estómago cada vez que pensaba en él, en sus preciosos ojos azules y sus facciones tan masculinas. Lo que ella realmente odiaba era no ser correspondida, era el dolor en su corazón cada vez que recordaba las duras palabras de Franco hacia ella y el que sin querer se comparaba una y otra vez con esa mujer del bar donde alguna vez fue acompañando a su hermana.

Pero no podía confesar su amor, no si solo recibiría burlas e insultos. Suficiente tenía con la agonía de saber que pronto estaría casada con un hombre que detestaba, no podría soportar el rechazo directo de Franco, la mataría en vida y no quería eso... Quería vivir con la pequeña esperanza de ese "que hubiera pasado si..."

- Eso no le incumbe a usted, ni le debería interesar- dijo mientras se levantaba limpiando de sus piernas en pasto seco que se pegó en su pantalón, al verse un poco más decente entrelazó sus dedos de una forma bastante ansiosa y se removió en su lugar evitando la mirada de él.

- Si le pregunto es por algo Sara.

- Pues no es de su incumbencia señor, mis sentimientos no tendrían porque importarle- intento alejarse, de verdad quería pero era como su cuerpo tuviese un imán pegado que la hacía acercarse a él en vez de apartarse.

Era casi agonizante esos sentimientos, el que su cuerpo siempre buscará estar cerca de él, que sus ojos de alguna manera siempre se unieran a esa mirada que le recordaba al hermoso océano, tan azules, tan... Preciosos. Para ella Franco era ese viento de primavera, el que siempre amó cuando cabalgaba junto a sus hermanas, cuando se reía siguiendo al que en algún momento fue su ejemplo a seguir pero tras su muerte su nombre fue manchado con una infidelidad, con un secreto muy bien escondido. Aún le dolía todo lo relacionado a su padre, pero sus recuerdos junto a él eran tan dulces como esa mirada que ahora estaba unida a la suya, esos ojos que la perseguían hasta en sueños.

¿Cómo podía amar tanto a un hombre?

Bajó la mirada sintiéndose más pequeña de lo normal, no sabía que hacía él en la cabaña junto a ella, no podía explicarse muy bien porque Franco decidió seguirla, porque estaba ahí pero si tan solo él realmente se preocupará por ella, si la amase tan siquiera un solo porciento de lo que Sara lo amaba sería tan feliz pero una vez más las palabras duras de Franco volvían a su mente, Rosario meneando las caderas, el imaginarlos juntos y el que los dos se vieran como esa típica pareja de películas de Hollywood. Era hasta ridículo lo bien que se veían, una pareja atractiva mientras que ella...

𝐌𝐚𝐧𝐝𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐞𝐧̃𝐚𝐥. [𝐒𝐚𝐅𝐫𝐚𝐧]Where stories live. Discover now