Capítulo 5

64 9 187
                                    

A continuación, se describe contenido de actos de violencia. Lea con precaución ⚠, querido lector.

[ FRAGMENTADA ]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[ FRAGMENTADA ]

"Hay un tipo de tristeza que no te hace llorar. Es como una pena que te vacía por dentro y te deja pensando en todo y en nada a la vez, como si ya no fueras tú, como si te hubieran robado una parte del alma".

Juan Aréva.

La vida no puede ser tan cruel, es lo que pienso en un intento de reclamo, porque yo no le hice nada, ¿por qué me quita lo que más amo?

Abro los ojos observando el cuarto con paredes llenas de moho y una sola ventana que daba un rayo de luz. El hedor a animal muerto me hace taparme la nariz y cubierta de barro me arrincono a una orilla buscando un poco de consuelo.

Estoy seca de tanto llorar. Me abrazo, intentando calmar el dolor interminable que siento al estar sola. Yo solo quiero a mi familia, que alguien regrese el tiempo para que pueda verla de nuevo, por favor.

—Mi flor silvestre, ven a la foto —dice mi padre y me acerco. Mi madre tiene en sus brazos a mi pequeño hermanito de tres años. Amo su lindo cabello castaño, cuando nació estaba pelón y ahora tiene cabello.

—Improvisen —dice el fotógrafo bigotón.

Mi padre besa la frente de mi madre y yo su mejilla, mientras que mi hermanito inconsciente de sus actos, alza sus brazos queriendo jugar con el cabello de mamá. Después ambos se miran, siento el cálido amor de sus miradas, que no quiero apartarme nunca de ellos, esa sensación de protección y cariño siento cuando estamos juntos los cuatro.

—Linda, lindísima familia —me alegro por lo que dijo el fotógrafo. Los cuatro somos imparables, es lo único que necesito para ser feliz. Mi familia.

Quiero regresar a esos tiempos...

Un sollozo escapa de mis labios.¹

Quiero a mi cuarteto imparable...

Por favor...

Me quede dormida en el suelo frío perdiendo la noción del tiempo, que al escuchar el ruido de la puerta abrirse no pienso dos veces para intentar escapar.

—Hermosa, no tan rápido —me toma de la cintura antes de llegar a la puerta. Mis reflejos me hacen apartarme y miro a Guido con una sonrisa en sus labios, mostrando sus dientes blancos. ¿Qué hace aquí con una botella de vino? Lo odio por ayudar a matar a mí familia y privarme de mi libertad.

—Lárgate Guido, eres un maldito monstruo.

—Quita esa cara de amargada, mejor vamos a divertirnos un poco —siento asco ante su insinuación.

—Si me tocas te arrepentirás, pezzo di merda —pedazo de mierda.

—¿No me temes, Valery? Soy un hombre que siempre obtiene lo que quiere —me jala bruscamente del brazo para después darme una bofetada, tirándome al suelo —. Puedo humillarte si lo deseo.

Oscuro Anhelo Where stories live. Discover now