Capítulo 6

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[ NUEVA VIDA ]

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[ NUEVA VIDA ]

"Lo único constante es el cambio"

Heráclito de Éfeso.

Me despierto por el ruido fastidioso que proviene del pasillo.

—¡Mamá! No encuentro mi camisa de fútbol.

—Busca la camisa, Jaiden. Tu madre está ocupada haciendo el desayuno —juro que la voz del señor Carter se escucha hasta la segunda cuadra.

—Ya la busqué y no la encuentro —el niño es igual, tiene un micrófono en la boca y yo solo quiero dormir.

—¿Seguro? Tus cosas siempre están debajo de tu cama.

Pego un grito debajo de la almohada. Dejen dormir.

—Cierto, me falto buscar ahí, ¡gracias papá!

—Son las siete de la mañana, bajen a desayunar —dice el señor Rod.

Me levanto de mala gana y bajo las escaleras.

—¡Cuidado haya abajo! —volteo a las escaleras y un boyero de Berna me tira, dejando su baba en mi rostro.

—Le gustas a Coco —grita feliz el niño. Me quito al perro de encima y olvido el incidente dirigiéndome al comedor.

—Toma querida, le puedes poner miel, chocolate y frutos rojos —la señora Bianca pone los panqueques en mi plato.

—Están deliciosos, te van a encantar —me sonríe Jaiden con un poco de comida en su boca.

—Jaiden, ¿qué te he dicho de hablar cuando estás comiendo?

—Es de mala educación, lo siento —se ve que el señor Rod es estricto.

—Me voy, tengo que ir al departamento de policías, se cuidan —es un hombre que ama su trabajo. Lo note desde los primeros días.

—Apenas probaste el desayuno, Rod Carter —y la señora Bianca la que manda. Es increíble lo dócil que se vuelve el señor Rod cuando ella esta presente.

—Doble porción para mí. Hoy es el día más feliz de mi vida —el pequeño Jaiden es un glotón, que no puedo evitar reír.

—Deja de verme con esa cara, mi Bianca. Es mi trabajo, regreso más tarde, los quiero —se va y desayunamos.

Fuimos de compras con Jaiden ya que no tuvo clases hoy. Después el pequeño me llevó a un baldío abandonado cerca de dos edificios viejos para jugar fútbol. Claro que me negué, pero cuando se lo propone es fastidioso.

—Solo patea, no tiene mucha lógica, es fácil —me explica el experto futbolista enano que no para de insistir a que juegue con él.

—Detesto el fútbol —cruzo los brazos y me gira los ojos sonriendo.

Oscuro Anhelo Where stories live. Discover now