Confusion

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Departamento de los Kent

Despues de una hora de la extraña visita de una extrovertida preadolescente a la morada de los Kent, es que finalmente el encuentro de los dos amigos comenzaba a tomar forma, pues en aquellos sesenta minutos las cosas estaban un poco tensas y no sabían la razon, a Damian le inquietaba el hecho de que no sabia por que sintió esa presión en el pecho al ver a su amigo cumplir un sueño que el tenia desde muy niño, en cambio Jonathan intentaba deducir por que se sentía culpable de haber sido besado delante de su amigo, no era que tuviera novio la chica o que sus padres le regañaran, un sentimiento interiorizado y no explorado estaba atacando a los chicos hasta que las entrañas del chico de ojos azules sonaron en un rugido para protestar por la falta de alimento.

-Tt, si tienes tanta hambre pide algo para la cena Kent.-dijo sonriendo por el estridente rugido que se escucho en la sala llegando a romper el silencio entre ambos chicos.

Algo apenado pero alegre fue que Jonathan se levanto para marcar por telefono en busca del alimento por excelencia para jovenes en crecimiento.

-La pizza llegara en 30 minutos.-dijo el de ojos azules con esa expresión de alegría tan característica en el, haciendo que Damian sonriera de manera grata y le dijera que tomara asiento para continuar la película que veían hasta hace unos instantes.

Para ese punto los chicos habían logrado superar la sensación de incomodidad del uno con el otro y comenzaron a opinar acerca de cosas sobre la película que Jonathan había puesto, extraños recuerdos estaban forjándose para ambos pero quien mas lo resentía era el de ojos verdes, sentía una paz muy extraña pero demasiado relajadora, en su perspectiva el desearía sentirse asi siempre, el problema es que no sabe cual es la causa. Sin darse cuenta del tiempo, un repartidor llamo a la puerta y los chicos salieron a pagar la cena, una vez todo arreglado fueron a la mesa a disfrutar de la pizza, es ahi donde la noche ya estaba mas entrada y no había ningún rezago del sol.

-Esta deliciosa.-dijo masticando con la boca abierta el de ojos azules, haciendo sonreír al petirrojo.

-Cierra la boca no seas cerdo.-dijo sarcásticamente Damian haciendo que Jonathan riera e hiciera caso a lo que su amigo le pedía, una platica bastante tranquila acompaño la cena de los chicos y cuando regresaron a jugar en la consola de Jonathan, fue entonces cuando a uno de los dos el cansancio pudo mas que la diversión.-¿No tienes sueño?.

-No tanto, pero si estas cansado creo que es hora de que me vaya.-dijo educadamente el petirrojo, sintiendo la única herramienta que llevaba en el pantalón, un gancho con el que solía balancearse sobre los edificios de las ciudades cuando llevaba su traje de vigilante, sin embargo fue detenido por el de ojos azules algo irritado.

-¡Dami es una pijamada!, debes de quedarte aqui... además es bastante tarde y mis padres me castigaran de por vida si notan que te saliste a esta hora.-dijo el kryptoniano haciendo entrar en razon a Damian, el cual un poco dudoso de si quedarse o no tuvo que verse en la obligación de quedarse para no meter en problemas a su amigo, aunque por dentro realmente no queria quedarse por lo que vio al comienzo de la noche.

Ambos chicos ya en el cuarto del anfitrión estaban acomodando las cosas para poder dormir, en el caso de Damian tenia un pequeño colchón inflable y un par de cobijas con una almohada, ya cuando no existía la luz dentro de la habitación fue que Jonathan intento conciliar el sueño durante unos minutos, sin embargo su amigo estaba entretenido con una laptop que le había pedido prestada antes de ir a dormir, seguía buscando rastros del paradero de su hermano. Esta situación duro un aproximado de treinta minutos antes de que Jonathan algo cansado encendiera la luz, haciendo que Damian se girara extrañado y viera a su cansado y algo irritado amigo frente a el con los brazos cruzados.

El destino es cruel {Damijon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora