XVIII. Papás

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– Taeil ponme atención para que terminemos ya tus tareas. Ya casi terminamos. – el niño menor sonrió y asintió, apartando la mirada de la jaulita de la habitación de Johnny para mirarlo y luego se lanzó a él para morderle la barbilla, comenzando a jugar luchitas. Taeil soltó una gran risa al embarrar la nariz de John de babita y escaló a la cama, donde el niño lo siguió. Johnny quería darle un golpecito más, pero Taeil extendió los bracitos y no pudo resistirse a abrazarlo mientras se reían.

– Heimanito ¿Están bien bonitos nuestlos pajarlitos veldá?

El niño mayor asintió, apartando un poco el dedo pulgar de su pie del de Taeil que siempre le gustaba entrelazar los dedos, pero este hizo un puchero y volvió unirlos. Los pies de Johnny siempre estaban calientitos y eso le gustaba mucho.

– ¿A cuál pajarito quieres más Taeyomi? ¿A Fernanda o a Lelehachi?

– ¡No puedo decidilt! Eso selía bien gloselo. Poblecitos. – aún así, sonrió malvado. Si tenía un favorito y ese era Lelehachi, a pesar de que le pertenecía más a Johnny que a él. Pero no era su culpa. Fernanda no era tan cariñosa como Lelehachi.– Heimanito ¿Podemos ablazailos un lato? Y jugai.

Johnny, igual que siempre, cedió a lo que él quería y se levantó, acercándose a la jaula que Myoryon les había comprado a Fernanda y Lelehachi. Lo aliviaba mucho ver a su hermanito menos triste últimamente, hasta podía concentrarse más en la escuela sin estar pensando que Taeil lo esperaba llorando o haciendo un drama en casa. John sacó a ambos animalitos de la jaula y dejó en el pecho de Taeil al ave rosada, que fue tomada con cuidado de inmediato.

– ¡Mi Feinanda! Te quielo mucho goida. Estás bien goida.

Taeil acarició al polluelo rosado, que él juraba que era hembra pero no sabía que en realidad era al revés y Lelehachi era en realidad una futura gallina y Fernanda un gallo. A ambos pollitos comenzaban a caérseles la pintura de las plumas y ya tenían un par de semanas perfectamente vivos – para sorpresa de Myoryon – por lo que comenzaban a encariñarse demasiado con las aves, las incluían en las actividades como hacer tarea, ver televisión y hasta las llevaban al área verde del edificio a caminar un poco de vez en cuando.

– Fernanda se parece a ti Taeyomi. Está bien tierna como tú. Y gordita como tú.

– ¿Enselio si? Ojalá pueda enseñaisela a Taeyongie un día. Pelo ¡Yo no estoy goido! Sólo estoy panzón, gloselo.

– Dile a mamá que vaya por ti al kínder con Fernanda, bebé. Así se la enseñas a tu amigo. –  Taeil arqueó las cejas ante tan brillante idea y Johnny se acurrucó junto a él, acercándole también a Lelehachi, que era más pequeño que el pollito rosado. Taeil le sonrió y acarició a sus mascotas que piaban adorablemente.

– Los quielo mucho pollitos goidos.

Al ver sonreír tanto a su hermanito John le dió un beso en la mejilla y le acarició el cabellito, haciéndole piojito un buen rato.

– Nenes ¿Qué hacen?

Myoryon entró a la habitación, secándose las manos en el mandil de cocina mientras miraba a sus niños con una sonrisa. Se apoyó un poco en la puerta, estirando los dedos de los pies. Estaba exhausta y sólo de pensar que tendría que trabajar más tarde esa sensación aumentaba.

– Nada pues aquí la veldá. Con nuestlos pollitos.

– Qué bonitos pollitos ¿Eh? Oigan, ya casi está lista la cena. Vayan a lavarse las manitas y a comer.

La mujer les besó la frente y se marchó para servir los platos. Johnny y Taeil aparecieron corriendo un par de minutos después, peleándose por ver quién se serviría primero del nuevo yogurth de fresa que los Suh habían comprado.

Like We Just Met - Johnil Where stories live. Discover now