CAPÍTULO 18

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Mi cuerpo ha llegando a su límite

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Mi cuerpo ha llegando a su límite. Hemos pasado toda la noche en este baile, me la he pasado bien, pero ya quiero irme.

Hay muchas personas y estoy cansada. Damon se alejó hace mucho y no lo he visto en horas.

Qué suerte. Nadie lo busca y todos parecen querer hablar o verme.

La última vez que lo vi estaba llevando a Morgan del brazo hacia algún lado. No quise ver porque eso me provocaba náuseas. Como ahora al recordarlo.

Ya es más de media noche y no puedo creer que todos estén tan animados. Incluso mis amigos.

H baila con una ascendida, ambos se ven cómodo con el otro. Nat dice algo que provoca la rosa de un grupo de centinelas, entre ellos Cam. W ha pasado toda la noche con un grupo de médiums. Luke siempre está haciendo algo con alguien, lo buscan como un viejo amigo.

No quiero darles la noche.

Toco mi frente esperando que un poco de presión haga que mi cuerpo reacciones y no haga una locura como desbordar emociones hacia cierto ascendido que debe estar ocupado porque no lo he visto más, ni a Morgan. Mi pecho se contrae y quiero pensar que es por mi falta de oxígeno.

Esto no es una buena señal. Me acerco al bar para sentarme en una silla, mi cuerpo no puede seguirles el ritmo.

Esa sensación de cansancio, algo que me drena lentamente, regresa.

Voy a tener un ataque de pánico.

Frente a todos.

Unas manos se mueven frente a mí y me doy cuenta de que no estoy escuchando nada.

El barista frente a mí habla, pero nada llega a mi oídos.

—No quiero nada, gracias —digo rápidamente.

Le doy mi mejor sonrisa y él asiente, pero noto que tiene algo de preocupación en su cara. Me voy antes de que haga otra pregunta que no pueda entender.

Todos hacen algo y creo que debo pedir ayuda, pero no quiero arruinar el momento.

Entre el mar de personas encuentro el rostro de una Eva sonriéndole a su grupo de amigos, algo sucede en ella porque mira la sala como si buscara algo y su mirada se conecta con la mía.

No sé qué ve en mí, pero enseguida alza su brazo y señala algo. Una puerta. Quiere que vaya a ese lugar.

Tiene razón necesito aire libre. Espacio.

Intento no caminar tan rápido para no llamar la atención, pero esa puerta se ve tan lejana que tengo miedo de caer ahora en el suelo y perder el control.

Abro las puertas sin pensar que hay del otro lado, debo entrar.

Hay un balcón que da hacia el pueblo.

Las puertas se cierran detrás de mí cuando corro hasta apoyarme en el barandal, intentando que el aire a mi alrededor entre a mis pulmones.

Mi labio comienza a temblar porque estoy rodeada de tanta belleza, alegría, música, ascendidos y felicidad, pero aun así no puedo respirar.

Siempre fuiste tú. [2] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora