Siempre fuiste tú. [2] [Terminada]

CAPÍTULO 71

Su alma se aleja hasta no verla más; esta es la verdad que no quería aceptar en su momento. Aprendes a vivir sin él. Llega el día en que se hace parte de la vida y lo enfrentas con otra cara, porque maduras, cambias y miras el mundo con otros ojos.

Lo hago así, con una sonrisa y algunas lágrimas, porque sé que ahora puede descansar, estará en un mejor lugar. Eso espero.

—Las almas siguen moviéndose con la energía.

Su voz hace lo de siempre, me causa ganas de salir corriendo. La Naturaleza se apoya en un árbol, viendo en la dirección en la que Elijah desapareció.

Viéndola bien, pensé que su cara era una versión adulta de esa chica, pero son diferentes, no solo por el color de sus ojos. Ese rostro solo comparte el color de su cabello y me hace preguntar de quién es.

—¿Quiénes son ellos?

Sus ojos de color avellana me miran y esa sonrisa sigue en su rostro, de alguna forma hace que ese gesto inhumano se vea natural.

También puede ser que he cambiado de parecer con respeto a ella porque la veo por lo que es. Energía.

Eso hace que no me moleste la frialdad de sus expresiones, sé que está intentando hacer las cosas lo mejor que puede con lo que tiene.

Intenta tomar rostros humanos para hacer que las cosas sean cómodas y algo me dice que son rostros que hacen o serán parte de mi vida. Aquí no trascurre el tiempo de la misma forma que afuera.

—En eso tienes razón, querida —dice y señala el camino detrás de ella—. ¿Caminas conmigo?

Hace la pregunta, pero no espera respuesta.

Suspiro porque esperar algo diferente de ella es imposible.

Su caminar es más lento, el ambiente es mucho más cálido y sé que intenta esforzarse, pero no me siento cómoda a su lado.

—Es normal que no lo hagas, mi energía hace que estés alerta.

Ya me acostumbré a que sepa lo que pienso, pero sigo pensando que es un abuso a la intimidad.

—¿Por qué?

Espera un momento. Si la presionas, no te dará nada. La energía se atrae y si te fuerzas por llamarla seguirá su camino hacia otro lado.

—Porque tu cuerpo reacciona a la energía y ahora mismo la que tienes es de Damon. —Acaricia el arbusto al pasar y de él brotan hermosas flores.

—Su energía viene de ti.

—Sí, pero lo que hagan con ella la convierte en suya. Además, él es uno de los pocos que crean su propio flujo y la energía le es fiel a sus acciones. —Me mira con un brillo extraño en su rostro—. Por eso no puedo intervenir cuando me lo piden. Usan mi energía, pero yo no puedo moverla a mi antojo.