Siempre fuiste tú. [2] [Terminada]

CAPÍTULO 73

Todos quieren una parte de mí, quieren facetas que desconozco y al parecer debo reconocer con rapidez porque todos siguen gritando que haga algo.

Los humanos me necesitan si quieren una oportunidad y si es que algún humano sobrevive a su propio caos del otro lado de la barrera.

Los ascendidos pueden usarme para mejorar aquellas cosas que la marca no puede solucionar, como ejemplo, evitar la muerte cuando su Soulmate muera antes de tiempo. No lo pedirán, pero sé que quieren eso.

La Naturaleza quiere que busque la forma de ayudarla, yo quería ayudarla, ahora no lo sé. Me dijo que no aprobaría sus métodos y no lo hago porque ahora agregó otro peso que no quería.

Esas personas/animales/ascendidos, lo que sean, quieren algo de mí como si existiera una parte de mí que necesitan.

Todos quieren algo.

La mano de Damon sube y baja por mi espalda mientras le explica a Liam, Adria, Luke y el Rey lo que sucede.

Al ser Damon un heredero y este un tema importante, necesitan a todos los herederos presentes.

El Rey lo escucha, pero nada en su rostro cambia. No parece sorprenderle que esos chicos vengan de otra parte o que su energía sea diferente a la nuestra.

Tal vez no lo sabía, pero no le sorprende.

Hasta que Damon dice la parte donde no solo ellos, sino la misma Naturaleza lo acusan de saber la verdad. Cuando Damon termina, suspira hasta que finalmente sus ojos recaen en mí.

Nunca lo había visto de esta forma, siempre me parecía impresionante que tuviera tantos años y se viera tan joven y firme, pero ahora es diferente.

El Rey se ve cansado.

—¿Qué quieren decir? —pregunta Luke. Su tono es un poco más fuerte de lo que habitualmente usa con el Rey.

No me sorprende que él y yo tengamos una conexión especial. Somos cercanos desde el día uno y saber que nuestras almas están destinadas, me confirma que ser Soulmate de alguien también se aplica a la amistad.

—Vamos a calmarnos —dice Liam.

—¿Cómo haremos eso, Liam? —Luke no quiere ser grosero, pero siempre me protege—. Todo este tiempo usted, su majestad, ha sabido todo y no ha querido compartir la verdad.

—No creo que sea así —dice Damon—. ¿Cierto, padre?

Los ojos cansados del Rey siguen en mí. El cuerpo se ve sano y vital, pero los ojos son la ventana del alma y sus ojos han visto mucho.

—Usted tampoco puede decir cosas como le sucede a la Naturaleza —digo sin apartar mi mirada—. Sabe cosas, pero al tener contacto directo con lo que llama el flujo natural, no sabe dónde encajan las piezas porque el tiempo funciona de formas diferentes en la energía.