Un contrato inicia la travesía del famoso y más importante magnate de New York.
Aren Russell está acostumbrado a una vida llena de lujos, poder, respeto y dinero, mucho dinero. Un magnate que lidera la lista de Forbes y que lo único que le preocupa...
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CAPÍTULO FINAL
Aren.
Cuatro meses después.
Miro a mi familia reunida en nuestro hogar. Los Bellerose, los Fox, cada uno de mis amigos magnates junto a sus mujeres e hijos, Harry y Zaak, Lorenzo.
El jardín de mi casa con Aurora está lleno, completamente lleno de todas las personas que queremos.
Miro a los Bellerose, León y Kelly platican animadamente con mi madre y Brian, tal como siempre los cuatro ríen a carcajadas mientras beben de sus copas con vino.
A unos metros de distancia están Sharon y Caleb quienes juegan en el césped con Scarlett, su hija.
En una de las mesas del jardín están Edwin y Maeve, ambos entretienen a Ariana, su primogénita.
Zaak y Harry están cerca de la fuente que tenemos en el jardín, ambos hablan atentamente mientras Harry tiene en brazos a Copito, quien se muestra completamente cómodo en los brazos del hermano de mi esposa.
Maddox y Leigh se besan mientras Hailee, su pequeña, los mira y ríe a carcajadas cuando intenta apartar a su padre de su madre.
Cassian y Faith están junto a su hija Winter, la familia Derricks está sentada en el césped, los tres parecen reír mientras Cassian se encarga de hablar animadamente hacia sus dos chicas.
Caín y Selene se encuentran a unos pasos del resto, mirando las enormes jardineras llenas de tulipanes que tenemos en el jardín. Selene habla con una sonrisa mientras mira los cientos de colores que se mezclan y Caín mira a su esposa con una enorme sonrisa que revela lo feliz que está.
Mis ojos van hasta la entrada del jardín, misma por donde sale Aurora en compañía de mis hermanas, las tres hablan animadamente, ríen mientras las gemelas se apresuran a ir con nuestros padres y Aurora sigue caminando, hasta mí.
Sonrío y la tomo por la cintura cuando se detiene justo frente a mí.
—Maldita sea, Fresita —beso su cuello—. Luces preciosa.
Sonríe entre mis brazos, toma mis mejillas y besa mis labios.
Mira a toda nuestra familia en casa, sus ojos verdes brillan, su piel blanca está más radiante que nunca y su cabello no se queda atrás, perfectamente arreglado en ondas que parecen formarse naturalmente en su cabello. Lleva encima un vestido rosa pastel, suelto y veraniego.
—Creo que ya no puedo soportar más —susurro contra sus labios cuando mis manos casi como un instinto propio quieren ir hasta su vientre.
Aurora me mira, ríe y besa mi mejilla.
—Entonces tal vez sea ya momento de decirlo —sugiere, con una enorme sonrisa que la hace ver completamente angelical.
El embarazo le está sentando de maravilla. Luce completamente irreal.
